Es curioso cómo llegan determinados libros a nuestra vida. Hace bastantes años, pongamos que 9, usaba el metro a diario. Allí, durante un tiempo, se incluían pósters en los vagones con fragmentos de obras literarias con objeto de fomentar la lectura. No puedo evitar ahora mirar qué leen los demás, y entonces no podía evitar leer el fragmento del vagón que me tocara. En muchos casos eran fragmentos arquetípicos de la literatura: El Quijote, Alicia en el país de las maravillas… de esos que tenemos interiorizados. Clásicos y menos clásicos. En otros casos eran textos de libros en los que pensaba ¡horror! ¿Cómo han podido incluir este libro? En los menos, eran libros desconocidos para mí.
Aquél día, leí el fragmento que me tocaba y me quedé con la boca abierta. Desconocía a ese autor llamado Pitol. Nunca había oído hablar de ese título que figuraba debajo del fragmento.
Como hago siempre, anoté el título en mi libreta y lo dejé estar. Pasado un tiempo encontré por casualidad este título que agrupa tres de los autorretratos literarios de Pitol: El arte de la fuga, El viaje y El mago de Viena.
La primera vez que intenté leerlo fue un fracaso. Llegué hasta la página 73 y lo abandoné. Un tiempo después, con la experiencia previa de El cuaderno gris de Josep Pla a mis espaldas, decidí encararlo de otra manera. Lo he leído a sorbos y poco a poco. He tardado pero por fin os puedo contar algo de él.
El arte de la fuga narra parte de la vida de Pitol en Europa, describe su primera visita a Venecia (cómica y absolutamente filosófica), pero a la vez analiza, comenta y destripa la literatura, con capítulos en los que aparecen desde Galdós hasta Faulkner. Donde analizar el hecho de escribir, sus influencias, y donde cita muchos, muchos libros.
Si me seguís ya sabréis que me encantan este tipo de libros. El hecho de leer un libro que más parece una conversación entre alguien que ha leído mucho y que nos comenta y recomienda más libros. Me parece una oportunidad perfecta para saber y conocer más, para reflexionar y llevarse anotadas múltiples citas y títulos. Porque precisamente eso me ha pasado en las tres partes de este libro, que está marcado por todas las partes y me llevo decenas de títulos.
Así que voy a dejar de escribir y os pongo alguna de las citas de El arte de la fuga.
Uno, me aventuro, es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas. Uno está conformado por tiempos, aficiones y credos diferentes.
Página 42
La memoria trabaja con la misma lógica oblicua y rebelde de los sueños. Hurga en los pozos ocultos y de ellos extrae visiones que, a diferencia de las de los sueños, son casi siempre placenteras. La memoria puede, a voluntad de su poseedor, teñirse de nostalgia, y la nostalgia sólo por excepción produce monstruos. La nostalgia vive de las galas de un pasado confrontado a un presente carente de atractivos. Su figura ideal es el oxímoron: convoca incidentes contradictorios, los entrevera, llega a sumarlos, ordena desordenadamente el caos.
Página 73
Jamás la literatura se ha sentido a gusto en medio de estrecheces dogmáticas; se rebela hasta de los mismos cánones creados por ella cuando ya los considera innecesarios. Se inconforma también cuando se la trata de enclavar en una sola región. El deseo de abolir fronteras culturales se presenta en el mismo momento en que alguien fija las fronteras reales, las necesarias a la tribu, a la razón del Estado.
Página 157
La lectura es un juego secreto de aproximaciones y distancias. Es también una lotería. Se llega a un libro por caminos insólitos; tropieza uno con un autor de modo en apariencia casual y luego resulta que no puede dejar de leerlo nunca.
Página 249
Doy gracias por haber ganado el gordo en esta lotería. Porque sin aquél día en un vagón de metro jamás habría llegado a este libro.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
Tomo nota, que también me gustan los libros que traen más libros. Los escritores que pueden hacer esto son de lo más interesante. Tomo nota también de que tengo que tener un estado determinado, muy centralita, jajaja. Las citas que has puesto ya son un ejemplo de ello.
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Muy recomendable, Icíar. Creo que te puede gustar tanto como a mí. Una delicia de libro. ¡Y encima sacas otros 50 para leer!
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