El dios de las pequeñas cosas cuenta la historia de dos gemelos heterocigóticos: Estha y Rahel, pero además, la historia de una familia abocada al desastre. El punto de partida es la visita de Sophie Mol, la prima británica que va a la India a pasar una temporada vacacional. Nuestros protagonistas sienten deseos de conocer a su muy mentada prima, una desconocida familiar que origina mucha expectación.
A partir de aquí, se suceden los acontecimientos: amor y odio, intereses contrapuestos, tragedia y soledad, se intercalan entre la vida de los hermanos, empujándoles a un destino del que no pueden modificar un ápice.
La trama bien podría contarse en un par de líneas: un amor prohibido, un descuido, una tragedia, rencores enquistados por el paso del tiempo. Sin embargo, lo interesante es cómo se cuenta. Roy huye de una narración lineal para crear una historia en la que un narrador omnisciente alterna presente y pasado y unos personajes con otros.
De esta forma conocemos a Ammu, la madre de los gemelos, pero también el paso de Chacko y de los abuelos o el origen de la empresa familiar. Todos familiares que se mantienen en un segundo plano pero que, de una forma u otra influirán en el futuro de Estha y Rahel.
Utilizando objetos y sensaciones habituales (un objeto, un olor, un sonido) como catalizadores que nos unen al pasado, consigue conectar el pasado que se recuerda con los sentimientos de nostalgia, o consternación, como si de un túnel al pasado se tratara, como si mirando una fotografía pudiéramos regresar al momento en el que se hizo, el porqué de esa triste sonrisa, el motivo de esa ropa, el momento en el que se tomó. Así vamos descubriendo las piezas, los eventos que marcaron un antes y un después, que consiguieron que todo cambiara. Porque la autora narra sobre lo de antes, o lo de después, pero sin mencionar ese punto intermedio, ese epicentro que originó la debacle. Para saberlo, para conocer el motivo de la precipitación de los acontecimientos tendremos que esperar al final, ya que mientras tanto Roy nos muestra cómo es cada personaje y qué hechos ha marcado su actual vida, para ir mostrando poco a poco piezas de los acontecimientos, pequeñas pinceladas de comportamientos cuando no meros detalles que quizá pueda dar una pista al lector de lo que se avecina.
Si a algún libro me ha recordado esta novela es a Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Y aunque podría parecer una exageración, al compararlo con tamaña obra de la literatura, no son pocos los elementos comunes que unen una obra y otra: la centralización de la trama en una familia, las historias truncadas, de tristeza y tragedia. Es cierto que en la novela del colombiano se sigue una historia cronológica, lineal, con abundancia de personajes y con referencias al pasado o al futuro, pero escasas si las comparamos con El dios de las pequeñas cosas. En la novela que os presento hoy no ocurre lo mismo: apenas son media docena de personajes, con una historia que se retroalimenta, que avanza del pasado, que une presente y futuro a través de recuerdos, más centrada en las emociones que nos aportan esos pequeños detalles del día a día, esas inevitables conexiones que nos llevan a asociar dos momentos temporalmente lejanos.
Había oído buenas críticas de esta novela, pero lo cierto es que no esperaba tantísimo, que me encogiera el corazón, que me quedara pegada a sus páginas. Así que no puedo si no recomendarla, porque es una historia bien narrada, real sencilla y poderosamente triste. Una novela que considero demasiado desconocida para la calidad que tiene, para lo bonito del tema, para lo especial del estilo de la autora. Qué gusto toparse con un libro así.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
Pufff que buenísimo es este libro. Te lleva a encogerte sin ser capaz de soltarlo.
Es de esos libros que por mucho que te digan no hay que tener miedo a que sean expectativas demasiado altas.
Una maravilla
Besos
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Una buena reseña, una misma recomendación de tres lectores. ¡Me lo llevo apuntado!
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Ay, pues a mí no me gustó nada. De hecho, tuve que abandonarlo porque me estaba aburriendo demasiado. No sé si es que lo cogí en un momento poco adecuado, pero lo cierto es que no guardo un buen recuerdo del libro y no sé si volveré a retomarlo algún día.
Un saludito.
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Me voy corriendo a apuntarlo a goodreads ara que nos e me olvide.
No eres la primera a la que oigo que es de lo más recomendabf,e, aunque Xavier Beltrán ya me ha fastiadiado un poquito, jeje, espero que no te ga razón.
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Ya hace tiempo que lo tengo en la estanteria pero no quiero que me pase como a Xavier: quiero encontrar el momento adecuado para esta lectura. Y es que la India no es precisamente uno de mis temas favoritos. Un abrazo.
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He leído buenas críticas de él y, a pesar de tenerlo en mi biblioteca, no tenía la menor intención de desempolvarlo. Pues ya está subiendo al estante de próximas lecturas. Tendrá que esperar al verano.
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Lo compré casi de casualidad, y me está esperando pacientemente en casa, qué alegría saber que lo recomiendas tanto.
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Mientrasleo: ¡precisamente eso! Pero fíjate lo que son las cosas: me lo recomendaron como de pasada, hace muchos años, ¡y yo como una tonta leyendo libros normales teniendo esta joyita apuntada! Además es que me da la impresión de que es un libro muy desconocido para lo bueno que es… ¡habrá que recomendarlo hasta el infinito!
Offuscatio: ¡ya estás tardando! 🙂
Xavier: mi sensación es que es un libro muy dinámico, quizá tenga que ver en que yo lo leí más o menos del tirón, no sé. Yo que tú le daba otra oportunidad. Gracias por comentar.
Icíar: si apuntas por democracia que sepas que vamos ganando… jaja. Pero vamos, que para gustos, colores, lo mismo luego te pasa como a Xavier.
Manel: tampoco yo soy una entusiasmada del país, pero más que por el lugar lo que cuenta es la trama, el hilo de los personajes y el modo de escribir de Roy.
Dolmar: buena elección, porque es una historia que se lee en muy poco tiempo. Espero tu opinión. 🙂
Loque: ¡qué casualidad, que también lo tengas por casa! Fíjate que yo no lo había visto por ningún sitio… al final va a ser más conocido de lo que yo pensaba….
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ayyy lo tengo por ahí acumulando polvo…me haces que me ponga a buscarlo en cuanto me desconecte del internét. ¡Gracias! un beso,
Ale.
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¡No te vas a arrepentir, ya lo verás! ¡Espero tu reseña!
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