Autor, Higgins, Literatura

Mátalos suavemente, George V. Higgins

Después de marear insistir cada vez que veía este libro o bien el anuncio de la película por televisión, @Castillodnaipes decidió, sabiamente, regalármelo (puedo ser muy cansina si me lo propongo).

Mátalos suavemente es una novela de suspense que se ambienta en los bajos fondos de Boston. Sencillamente eso. Y a partir de aquí, Higgins desarrolla su estrategia que está basada, fundamentalmente, en los diálogos. Cuestión que puede parecer fácil y simple, pero que es precisamente lo contrario. Conseguir una novela creíble apostándolo todo a esa carta es arriesgado, porque al final un autor puede hacer buenas o malas descripciones, complejas o simples, pormenorizadas o cortas, pero serán descripciones. No todos hacemos descripciones, no es fácil, pero sin embargo reconocemos un diálogo trillado a lo lejos, jugamos a adivinar qué frase dirá el personaje guaperas de la película de la tarde de Antena 3 y no fallamos nunca. Dialogar es diario. Describir circunstancial.

Y aunque parece difícil el autor lo consigue. Es certero, porque sabe que el lector no es todo y si bien puede ser más benevolente con la descripción de un lugar o de un paisaje, sabemos cuándo un diálogo es real o no, cuando parece simple o cuándo parece eabsurdo. Higgins es un mago en este campo. Desde la primera página el lector no tiene más que diálogos para situar los personajes y los asuntos y aun así no se echan de menos las descripciones. ¿En qué libro podemos encontrar la típica conversación (y sin embargo poco usada en las novelas) que se mantiene cuando hace tiempo que no se ve a alguien y se le pregunta por su salud, su familia o sobre amigos en común? ¿Pero es que acaso aporta algo a la trama? Pues probablemente no. Pero nos enseña cómo es la realidad sin artificios, sin maquillar, esas conversaciones de estar por casa que suelen ser las habituales.

Si nos fijamos en la trama, ésta puede resumirse en dos líneas: un capo de la mafia es el encargado de llevar a cabo una investigación sobre el atraco a una timba ilegal. Desde el primer capítulo sabemos quién ha sido, cómo lo ha hecho y con quién. Y aún así la fuerza de cada línea aporta un realismo inusual.

A partir de ahí tendréis que adentraros vosotros en esta historia dinámica y entretenida, que se lee en un suspiro, muy visual y llena de acción, porque no pienso contar más. Eso sí, tengo que reconocer que me gustó más Los amigos de Eddie Coyle, me pareció más compleja o quizá tenga que ver con que no sabía lo que atenerme con este autor. No sé.

Una lectura perfecta para desengrasar y desconectar. Y encima la edición es bonita.

FICHA:

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Pros
  • La inusual realidad en los diálogos.
Contras
  • La faja con la cara de Brad Pitt. Ojo, no tengo nada en contra del actor, pero no me gusta que cambien fajas/portadas o lo que sea por la versión cinematográfica. Ahora que lo pienso, no es que no me guste, es que directamente me repatea.

Namaste.