Autor, Martínez de Pisón

Carreteras secundarias, Ignacio Martínez de Pisón


En esta época del año, son comunes las ausencias en las actualizaciones de los blogs. Eso ya los sabéis los que seguís más de uno: vacaciones, viajes, o simplemente, ganas de desconectar. Lo mío no es ni lo primero ni lo segundo, quizá un poco de lo tercero. Son varias las entradas que tengo en la recámara, pero por unas causas o por otras (poco tiempo, pocas ganas de sentarse a escribir) acabo dejando el blog para el final. Todo esto es para explicaros por qué no he estado, no sólo es que actualice menos (siendo consciente de que es así), sino que en este mes prácticamente no me he asomado por estos lares. Dicho esto, paso a contaros algo sobre el libro que encabeza estas líneas.

Conocí este libro gracias a Goizeder. En su día, como tantos otros, este título pasó a formar parte de mi libreta donde anoto el Plan Infinito. Por fin, le llegó su momento.

Carreteras secundarias, Ignacio Martínez de Pisón
Carreteras secundarias, Ignacio Martínez de Pisón

Carreteras secundarias narra el viaje iniciático de un hijo con su padre en la España de los años setenta. Ambos recorrerán la costa mediterránea mediante una de sus pocas posesiones: un Citroën Tiburón, que les llevará de un lugar a otro, sin rumbo fijo, en buscar de algo de dinero de una vida aparentemente normal.

Con apenas dos personajes, Felipe, el hijo, y el pobre diablo del padre, Martínez de Pisón extiende una prosa ágil, donde los capítulos son cortos, apenas de un par de páginas, en los que se afronta el tema de la adolescencia, de las relaciones entre padres e hijos y de la errática transición a la vida adulta.

Podemos distinguir dos partes claras en el desarrollo de la trama: de un lado, la primera mitad del libro, que nos encuentra la historia, donde conocemos el modo de vida de los protagonistas y sus forma de ser. De otro, la segunda mitad: conforme se va acercando el final se concretan determinados temas que se habían tratado con anterioridad, como el orgullo o el miedo al futuro y se comprueba la evolución en el personaje de Felipe, convirtiéndose ya en un adulto. Es esta segunda parte la más seria, la más compleja, pero también más agridulce y cruda que su antecesora. Y esto es porque la máscara que inicialmente veíamos en los personajes, la pantomima o representación que parecía que eran sus vidas, se reduce a la realidad, se quita la máscara y vemos lo que en realidad hay debajo.

Así, el lector podría llegar a pensar, al menos durante la primera mitad de la novela, que se tratan de unos personajes sencillos, simples y planos, casi cómicos, que no se toman en serio ni ellos mismos. Sin embargo, posteriormente nos damos cuenta que esos personajes son claramente redondos y que, además, analizando la parte cómica vemos mucha tristeza velada, mucho sentimiento en el trasfondo.

Al final, lo de menos es el viaje, el lugar al que se llega o desde el que se va. Y lo realmente importante son todas esas cosas que van ocurriendo en el camino. Como en la vida, lo importante no es la meta o el fin, sino lo que va aconteciendo a cada paso del camino.

Aunque en esta segunda parte gana complejidad, tengo que decir que esperaba más. No me ha disgustado, pero no me ha entusiasmado ni la mitad de lo que pensaba que lo haría. Un libro más, que pasará a formar parte de los libros que entretienen pero no de los que calan, de los que llegan hondo. Desgraciadamente, llevo muchos de estos este 2012.

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • En el camino, Jack Kerouac.
  • Libros con contenido de relaciones padres-hijos. Ahora mismo no caigo en ninguno.
Pros
  • Lo complejos que se vuelven los personajes en la segunda parte de la novela.
Contras
  • Se hace un poco aburrido.
  • Cae enmedio: está bien escrita pero no despunta por ninguno de sus aspectos.

Namaste.

8 comentarios en “Carreteras secundarias, Ignacio Martínez de Pisón”

  1. Es que los blogs y, por consiguiente, los blogueros, también os merecéis vacaciones para luego volver con energías renovadas.

    «Carreteras secundarias» cayó en mis manos luego de haber visto la película. Empecé a leerlo, lo cerré sin terminar y lo regalé a quien lo quiso. Me aburrió; claro que no llegué ni a la mitad. En aquel momento no debía estar dispuesta a tener contemplaciones; quizás ahora lo habría terminado. Pero no pienso en volver sobre él.

    Me gusta

  2. Bueno, pues ya somos dos, yo en todo el mes de julio no he escrito nada, pero es que estaba al otro lado del charco… y ahora que he vuelto tengo mucho que hacer y que leer 😉 en cuanto a la novela, no termina de convencerme, la verdad… un besote y feliz agosto!!!

    Me gusta

  3. A Martínez de Pisón tenía idea de leerlo pero tampoco he visto grandes elogios de sus libros y no acabo de encontrar el momento. Como te comenté en twitter, este es con el que pensaba estrenarme, pero lo que comentas me ha hecho cambiar de opinión. Veremos, el tiempo dirá qué iremos leyendo. Siento que estés tan atareada, por cierto. Espero que se pase pronto la racha (aunque claro, tampoco ayuda leer tochacos de George R.R. Martin…) Un abrazo.

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s