Autor, Kundera, Literatura

La insoportable levedad del ser, Milan Kundera

Releer es un arma de doble filo.

Quieres volver a leer un título que te gustó mucho pero, ¿te seguirá gustando tanto AHORA? ¿Y si aquéllo te entonces te parecía fantástico ahora te parece regular? ¿Lo encontrarás sobrevalorado?

Llevaba mucho mucho tiempo queriendo volver a este título de Kundera que leí hace taaaaanto (sólo sé que no tenía blog por entonces, así que antes de 2009). Mis dudas fueron aparcadas cuando me enteré de la muerte del checo y pensé que era una buena forma de hacerle un pequeño homenaje.

La insoportable levedad del ser es la historia de Tomás, un hombre mujeriego que no puede evitar ser infiel constantemente a su mujer con otras. También es la historia de Sabina, su amante, y la de Teresa, la mujer de Tomás.

Es su historia amorosa pero también la de las casualidades, la del cambio político y la emigración, la de la búsqueda del ser aún con la carga que conlleva.

La estructura entremezcla la vida de los tres con la temática anterior: comenzamos a saber la vida de Tomás, su vida y su trabajo, y de ahí Kundera nos lleva a reflexionar sobre el paso del tiempo, las expectativas y el matrimonio. Al mencionar a Teresa nos narra su infancia y cómo vive la casualidad… y así durante todo el libro.

No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación.

Página 16

O sea, la relación entre los protagonistas no es más que una excusa para discurrir por otros temas filosóficos y analíticos, como la búsqueda de la verdad, la relación entre alma y cuerpo y el paso del tiempo, las esperanzas y los miedos. También los cambios de Praga en los 60 o la situación política.

¡Quien busque el infinito que cierre los ojos!

Página 103

Me ha alegrado volver a leer este libro, a pesar de que no recordaba gran parte de las cosas me he encontrado a un muy buen libro lleno de reflexiones interesantes, con muuucho para anotar y reflexionar, plagado de fragmentos que destacan por sí solos.

No tenía la seguridad de estar actuando correctamente, pero tenía la seguridad de estar actuando tal como quería actuar.

Página 233

La insoportable levedad del ser es un libro en el que lo de menos es la historia de amor que nos cuenta. Perfecto para comentar en un club de lectura, para analizar y reflexionar.

Por eso la vida parece un boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro.

Einmal ist keinmal.

Página 16

Buenísimo. Y por eso vale la pena releer.

Namaste.

Autor, Kundera, Literatura

A vueltas con La broma

Andaba yo leyendo La broma, de Milan Kundera, cuando llegué a la página 197 y me encuentro con lo siguiente:

 

  • ¿No estará acostumbrada a tomar la cerveza con ron?
  • Tanto como eso, no -dijo Helena.
  • Pero le gusta el ambiente popular.
  • Sí -dijo-. No soporto los restaurantes distinguidos donde le atienden a uno diez camareros y le sirven diez platos distintos…
  • Claro, no hay nada como una cervecería de esas en las que el camarero no le hace a uno ni caso, con mucho humo y olor a comida. Y sobre todo no hay nada como el aguardiente. Cuando yo estudiaba era mi bebida preferida. No tenía dinero para bebidas más caras.
  • También me gustan las comidas corrientes -dijo-, como el pastel de patatas o las salchichas con cebolla, para mí no hay nada mejor…

 

Ya estoy tan infectado por la desconfianza que cuando alguien me cuenta qué es lo que le gusta o lo que no le gusta, no lo tomo nunca en serio o, mejor dicho, lo entiendo sólo como un testigo acerca de la imagen que pretende mal.

 

Qué razón lleva Kundera, qué común es encontrarse a personas que dicen que les gusta algo porque aparentan ser más interesantes diciendo eso que lo contrario… Porque, a ver, ¿quién no ha encontrado a alguien que le ha dicho que tiene como hobbys leer y en posteriores conversaciones uno acaba sabiendo que realmente sólo lee tres libros en verano? ¿Eso es tener como afición la lectura o es apariencia para quedar bien?

¿Y quién no ha escuchado alguna vez a alguien decir “a mí es que me gusta viajar”? ¡Pues claro que te gusta viajar, majo! ¡A todos nos gusta! ¿Qué tipo de hobby es ese?

Entre las mujeres es muy común escuchar a unas y a otras diciendo que hacen dieta y que van al gimnasio. ¡Está bien visto demostrar que uno se cuida por sí mismo aunque sólo paguen la matrícula y se inflen a donuts!

Parece como el lema mítico de Goebbels: una mentira repetida mil veces se transforma en verdad. Lo peor de este lema no es cuando se trata de engañar al que se tiene enfrente, sino cuando uno trata de engañarse a sí mismo, y en este punto da igual de qué tema se trate. He escuchado a gente justificarse mintiéndose a sí mismas en muchos de los aspectos de la vida, así que la lectura no iba a ser menos.

Si nos atenemos a las pretensiones, el Ulises es la novela que más se lee, que está bien leerlo, igual que a otros muchos autores prácticamente desconocidos. Hay que aparentar que uno va más delante de la mayoría.

Está bien visto leer a Coelho, parece que alguien que compra una de sus novelas se ve a sí mismo como un gran filósofo en potencia. Sin embargo, está mal visto leer a Dan Brown (aunque cuando se editara El código Da Vinci fuera el más vendido)

Qué bien queda decir que se ha leído a Proust, qué culto, qué atractivo. Qué pedante. Y es que nos iría mejor si fuéramos más sinceros. ¿Qué sentido tiene dar una imagen determinada cuando enseguida se ven las lagunas propias de la mentira? Yo ya confesé en su día, así que ahora sólo me queda proclamar que sí, que he empezado Tormenta de espadas.

Namaste.

Kundera, Literatura

La broma, Milan Kundera.

La última novela publicada de Kundera, que ya os adelanté en un IMM, me tocó en el concurso que organizó Karo. Después de aquéllo, empezamos una lectura conjunta en Café Literario (que nunca me cansaré de recomendar).

Tengo que reconocer que me acerqué al autor con dudas. Dudas porque La identidad no me convenció, quedó lejos de aquélla novela redonda que fue La insoportable levedad del ser. Así que antes de empezar esta novela, mi sensación era que decantaría la balanza: que si me gustaba seguiría leyéndole. Pero si, por el contrario, me volvía a defraudar, no iba a darle otra oportunidad.

Así las cosas, Kundera se jugaba la pertenencia a los autores a los que recurrir. Y lo hacía con una novela no muy larga, del tipo que suele escribir él. Bastaron unas pocas páginas para convencerme.

El motivo radica en que La broma muestra un crisol de personajes cuyas vidas se entrelazan poco a poco. Una historia coral, con distintos puntos de vista de cada uno de los personajes, que consigue enmarcarnos rápidamente en la historia, evitando la lógica ralentización del inicio de los libros para involucrarnos en una espiral de acontecimientos que obligarán al lector seguir leyendo.

El buen hacer del checo se palpa en cada palabra, al trascender las letras más allá de la ficción, en el sentido de intercalar frases memorables que prácticamente inundan la historia. Una prosa ligera y fresca, dinámica pero al tiempo profunda, que se detiene allá donde es necesario, que nos cautiva, pero que por ello no significa que se haga pesado, aburrido o lento, porque nos habla de sensaciones comunes, del pasado y la inseguridad, del amor y la pertenencia a un grupo, de la ausencia y el recuerdo.

A partir de aquella noche todo cambió dentro de mí; volví a estar habitado; de repente la habitación de mi interior estaba arreglada y alguien vivía dentro de ella.

Como es habitual en la obra del autor, la faceta política es constante en el devenir de los acontecimientos de la mitad del siglo XX, momento en el que se sitúa la trama. Es esta contraposición, la de los sentimientos de los protagonistas como elemento fundamental de la trama, frente al comunismo, que limita los individualismos por considerarlos burgueses, los que chocan, se reflejan como opuestos: la sensación de que no se debe sentir tristeza pero que realmente ese sentimiento está ahí.

La juventud es terrible: es un escenario por el cual, calzados con altos coturnos y vistiendo los más diversos disfraces, los niños andan y pronuncian palabras aprendidas que comprenden solo a medias pero a las que se entregan con fanatismo.

El fuelle lo pierde en la mitad del libro, donde la trama se ralentiza y las situaciones prácticamente se detienen, para acabar en un final coral, conjunto, completo.

Kundera es un mago de las palabras, un autor que nos transporta a un universo nebuloso donde las personas tienen obstáculos propios y comunes. Y digo lo de nebuloso porque pienso en Ludvik, en Jaroslav o en Helena y les veo como en un sueño de éter, en un mundo grisáceo en el que es complicado dilucidar el color de sus ropas o de sus ojos. Veo angustia, veo tristeza y anhelo. Y todo eso lo noto en el estómago, porque Kundera es capaz de revolvérmelo, de hacerme formar parte de esos protagonistas, de compartir un destino incierto.

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • La insoportable levedad del ser. Milan Kundera.

Pros
  • El estilo del autor.

  • Cómo va enlazando los elementos de la trama.

Contras
  • Pierde dinamismo en la mitad del libro.

Otras opiniones

Namaste.