Regreso a Cărtărescu después de demasiado tiempo, pero con las ganas de comenzar a leer un libro que sé que me va a llegar a lo más hondo.
Continuamos El ala izquierda (Impedimenta, 2018) con esta historia onírica y surreal que es El cuerpo (Impedimenta, 2020), segunda parte de la trilogía Cegador y que trata…
De qué trata. Buena pregunta.
Cegador es la vida de Mircea, pero también de la mariposa que habita dentro de ella. En esta historia enorme, compleja, filosófica y fractal hay de todo: tapices que vaticinan el futuro, compañeros de juegos en el Bucarest soviético, vecinos extraños que nos muestran parte de su vida, sueños una y otra vez…
El cuerpo comienza así:
Ya no vivo de verdad, aunque viva con una intensidad que las simples sensaciones no podrían expresar.
Página 11
Con la Gran Literatura me pasa que me quedo sin palabras. Que no sé qué decir ante un texto que, desde el primer momento, me quita el aliento.
¿Cómo atrapar la luz que emana este texto y describirlo? ¿De qué forma contar lo que sugiere? ¿Cómo conseguir aprehender todo lo que nos hace pensar?
Comprender, por fin, qué te ocurre, por qué has ocurrido. Por qué eres necesariamente tal y como eres. Por qué sería imposible que no hubieras existido nunca.
Página 44
Por eso, para este tipo de libros (seguro que si lleváis un tiempo por aquí ya os habréis dado cuenta), lo que acabo haciendo es tratar de demostrarlo a través de citas, de las múltiples anotadas en mi cuaderno, de los post-it que han ido faltando porque según avanzaba no podía parar de subrayar y subrayar:
Fractales, siempre fractales en el triste juego repetitivo del mundo. (…) Nuestras vivencias y recuerdos tienen unidad solo desde el punto de vista desde el que los contemplamos, desde la palabra más enigmática del mundo, yo.
Página 45
Y es que lo único que intento con este tipo de libros es que aquellos que estéis leyendo esta reseña, anotéis este título y lo leáis. O al menos que lo tengáis en cuenta en vuestra próxima visita a la librería. Con eso me doy por satisfecha.
Qué erróneamente, qué insensatamente buscamos la certidumbre en nuestras criaturas, escribiendo libros siempre río abajo, de cascadas en cascada, cada vez más diluidos y más borrosos, cuando deberíamos luchar como los salmones, hacia arriba en el torrente de tinta que forma los bucles de nuestras vidas.
Página 104
Lejos queda el tiempo en el que recomendaba a Cărtărescu y nadie sabía quién era. Qué bien. Porque antes lo que me sentía era sola, al margen con un autor que es mi escudo desde que lo descubrí, allá por 2011 con El ruletista (Impedimenta, 2011). Y ahora, somos muchos los fanáticos de este rumano al que leemos con pasión.
Se ahogaba de magia y de espanto.
Página 229
No puedo hacer más que recomendar este ejercicio de maestría absoluta sobre el uso de la palabra, sobre la evocación, sobre lo más íntimo del alma humana.
Nuestra ceniza está contenida en huecos con la forma de nuestro cuerpo, como en Pompeya, y no podemos mover un dedo si no es en la trayectoria en la que ya hemos movido, y no podemos pensar un pensamiento sino haciéndolo resonar en las redes neuronales que ya han resonado y resuenan desde que el mundo es mundo e, indiferentemente de lo que hagamos, incluso rebelarnos, no saldremos del molde de nuestro mundo real, porque la rebelión ya ha sido prevista y sofocada. Somos actores en una película proyectada en la vasta pantalla de la existencia.
Página 514
Y también sofocar las lágrimas, ahogar un sollozo de alegría total al comprobar que esto existe. Que existe y me habla a mí.
Tú que lees ahora, tumbada en tu sofá, este libro ilegible que no dice nada, no quiere nada y no significa nada, atraviesas con él, como un velero, el plano transparente de nuestro mundo.
Página 512
Que la Gran Literatura se sigue haciendo hoy en día. Que sigue habiendo esperanza.
Leo a Cărtărescu y se me reconforta el alma.
FICHA:
| Te gustará si te gustó | – El ala izquierda, Mircea Cărtărescu. |
| Pros | – El mundo onírico que presenta. – El modo de ahondar hasta lo más íntimo. |
| Contras | – Requiere altas dosis de concentración. |
Namaste.

