Hace mucho, mucho tiempo, leí Recuerdos de un callejón sin salida. Ya entonces varios lectores me recomendaron títulos con los que continuar leyendo a Yoshimoto. En mi última visita a la biblioteca, mis pasos me encaminaron a la Y, siendo éste uno de los libros disponibles.
Kitchen se divide en tres pequeños relatos al que el primero da nombre. En él se cuenta la historia de Mikage, que es acogida por una peculiar familia tras la muerte de su abuela. El segundo relato, Luna llena, bien puede considerarse la continuación del primero, al ahondar en la vida de la madre que acoge a nuestra protagonista.
Ante el tema de la pérdida, la autora es austera y consigue un estilo limpio y directo que nos deja fragmentos donde se reflexiona el propio ser y el paso del tiempo, pequeñas pinceladas de su visión del mundo:
Hace poco palpé, por primera vez, con mis manos y con mis ojos, un mundo amplio, una oscuridad profunda y un goce y una soledad sin fin. Me parece que, hasta ahora, he estado mirando el mundo con un ojo cerrado.
Página 20
Sin embargo, no he podido conectar con los personajes. Sus actos me parecían extraños y las descripciones de sus emociones no me han acabado de llenar, como si estuvieran a medio hacer, o como si yo, por ser europea, no entendiera lo que una japonesa da a entender en cada palabra. El estilo además me ha parecido un intento, un borrador, una demostración de lo que podría llegar a conseguir pero sin ese remate final para hacerlo completo.
En cambio el último de los relatos sí que me ha gustado, quizá su nombre de por musical ya me ponía a su favor: Moonlight Shadow. En este caso, la protagonista afronta la muerte de su novio, su pérdida y su recuerdo, y los pasos que va dando hasta conseguir sentir algo de paz.
Me cautiva más un puñado de oro en polvo que el esfuerzo de seguir excavando en el río durante largo tiempo. Y pienso que estaría bien que la personas a las que amo fuera más felices de lo que son ahora.
Página 201
En este caso el relato me ha parecido más trabajado y mejor hilado, con más puntos de unión entre las situaciones.
Pudiera ser que mis gustos se van alejando de la literatura nipona, o que el hecho de que la traducción chirríe en determinados momentos me haya sacado de la historia (personalmente lo achaco a que esta edición tiene traducción del 91 y hay muchos giros del lenguaje que suenan raros o incluso incorrectos). En cualquier caso, y aunque el último relato me ha recordado a la visión que yo tenía de la autora, la sensación al acabarlo ha sido más de alivio que de otra cosa.
Os dejo la reseña de Iván, que es más duro con el libro.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
|
Pros |
|
Contras |
|
Namaste.
En muchas novelas de autores japoneses me pasa eso mismo, que me parece que todo el mundo actúa raro. En fin, será la diferencia cultural. La traducción, en efecto, también hace mucho, para bien o para mal.
En todo caso, si veo el libro, quizás lea ese tercer relato, a ver qué tal. (A esta autora no la he leído)
Me gustaMe gusta
Buenas Lahierbaroja,
No tengo un recuerdo muy preciso de su lectura (tal como vino se fue), pero tanto Kitchen como Moonlight Shadow me parecieron peores que Full Moon, que tampoco me fascinó precisamente. En Moonlight Shadow recuerdo que aborrecía la actitud de la protagonista y me irritaba profundamente el personaje de Urara, porque tenía la sensación que Yoshimoto se creía que estaba creando un personaje super misterioso cuando estaba consiguiendo transmitir la sensación de ser ridículo y artificioso.
Cuando leo a Murakami consigo verme reflejado en sus personajes, total o parcialmente. Con Yoshimoto es lo que dices: parece un borrador inacabado, al que le faltaba mucho trabajo. Veo que has leído algo más de Yoshimoto. Voy a leer tu reseña.
¡Saludos!
Me gustaMe gusta