Eduardo Berti es un argentino valeroso. Ha de serlo necesariamente si decide trasladarnos a la China de principios de siglo XX. ¿Cómo arriesgarse a centrar la historia en China si lo puede hacer en Buenos Aires, mucho más cercana? Fácil: Eduardo Berti es un suicida. Y es que hay más, porque no sólo nos envía a Oriente, sino que además lo hace de la mano de una narradora. Una joven. Una niña.
Cómo no prejuzgar. Cómo no dudar. Cómo asumir que algo hará mal. Que es apostar muy alto, enviarnos lejos, desde un punto de vista femenino, para, además, presentarnos una novela delicada, sutil y elegante.

Y resulta que acierta. De lleno.
De la mano de Ling, nos adentramos a una historia de miedos, de incertidumbre respecto al futuro, centrada en un momento temporal culminante: la futura boda programada de la protagonista.
La novela comienza con una muerte, la de la querida abuela de Ling. Desde ese momento, la familia de la fallecida tratará de afrontar la pérdida aferrándose a las milenarias tradiciones chinas. Simultáneamente, se tantean candidatos para la boda de su hija, cuestión que plantea muchas dudas en varios miembros de la familia.
Aunque se podría pensar que la muerte de la abuela constituye un momento puntual de la trama de la novela, lo cierto es que este hecho influye en cada uno de los pasos de Ling, ya que el autor incluye las conversaciones que tiene la joven con su abuela mientras sueña, alternando realidad y sueño y consiguiendo aumentar el dinamismo a la hora de conocer qué le deparará el futuro a la joven muchacha.
A fin de cuentas El país imaginado es una novela de posibilidades, de hipótesis sobre un futuro que se desconoce pero del que se teme lo peor. Pero es que además en esta novela encontramos un sutil mundo a medio camino entre la vida y la muerte, un lugar donde todo es posible. Donde Ling puede recibir consejo de su querida abuela, donde puede vaticinar su porvenir. Entre esta atmósfera mágica aparece Xiaomei, verdadero centro de atención de Ling, amiga cercana y desconocida, objeto de atracción y de envidia, modelo a seguir y objeto inalcanzable. Apenas con media docena de personajes, Berti crea una atmósfera nebulosa, en la que se vaticina un infortunio. Y es que tememos por Ling, pero también por Xiamei, por su inestable felicidad y equilibrio.
Con estos ingredientes Berti crea una novela sencilla pero elegante y efectiva, sutil y abundante en silencios, que se centra en emociones y sensaciones, con la que podemos sentir la brisa del viento, o la soledad de la protagonista. Una narración conmovedora que nos hace evocar recuerdos pasados, en una época, la adolescente en el que todo era posible, en la que la vida se veía como un sinfín de opciones.
FICHA:
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Namaste.
Parece muy interesante, aunque el tema de no es de los que más me atrae. Tengo pendiente estrenarme con Impedimenta. Gracias por la reseña.
Saludos.
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Me pareció un libro curioso, por la forma de tratar la historia, no enranciarse en los tópicos habituales ni pretender tampoco una transgresión total. Y me sorprendió mucho su autor, argentino
Besos
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He oído hablar del libro. No me gusta leer sobre otro país escrito por una persona ajena al mismo. Es un prejuicio gordo, pero también creo que tiene su lógica, salvo que ese escenario sea una excusa para desarrollar a unos personajes muy bien dibujados de forma rica y auténtica. A pesar de que coincidís es que ha aprobado y con muy buena nota esta apuesta, se que de momento, no lo cojo. No me interesa tanto como para saltarme otros libros, esa es la verdad 😀
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Supongo que conoces el programa página 2 que todas las semanas emite un capítulo con un autor como invitado. Hace un tiempo vi a Eduardo Berti, he pensado que quizá te interese la entrevista. Creo que puedes aclarar, por ejemplo, lo de por qué china por qué no buenos aires. El enlace es el siguiente: http://www.rtve.es/television/20121128/escritor-eduardo-berti-presenta-pais-imaginado/578969.shtml
Un saludo,
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