Auster, Autor, Literatura

El palacio de la Luna, Paul Auster.


Hacía mucho que no volvía a leer a Paul Auster. Han pasado ya seis años desde que me quedara hipnotizada por la prosa y el uso de la trama en Leviatán, la primera novela que leí de él. Han pasado ya cinco años desde que descubriera otras de sus novelas, como La noche del oráculo y Viajes por el Scriptorium. Ha pasado un año desde que me animara a leer El país de las últimas cosas y La trilogía de Nueva York.

 

Portada de "El palacio de la Luna", Paul Auster.
Portada de "El palacio de la Luna", Paul Auster.

La casualidad quiso que varios bloggers comentaran por twitter la idea de leer un libro de Auster conjuntamente. Al final el título escogido fue El palacio de la Luna.

 

Tal y como comentaba Carol en twitter y ha reflejado en su reseña, el tipo de estilo que utiliza el autor al inicio de la novela parece sacado de una conversación con un amigo. Este tipo de narración consigue que comprendamos cada situación y decisión, además de acercarnos a la historia de un modo intimista, secreto; independientemente que usando la razón sean comportamientos despreciables.

 

Me gustó el símil de Carol porque es exactamente lo que andaba yo pensando cuando ella lo dijo en voz alta. Eso sí, yo le incluiría un detalle. Pero eso lo voy a dejar para después.

 

Empecemos ahora por la trama: El palacio de la Luna comienza presentándonos a Marco Fogg, un protagonista con nombre de viajero, unido a la luna. Él es un solitario joven que comienza a abrirse paso por la vida.

 

El potente inicio es uno de los componentes que me han reconciliado con Auster y esto se debe al uso de determinados factores entre los que destacan: el uso de la trama, el equilibrio del nudo con la profundidad de las reflexiones que nos va dejando en cada página, la rapidez con la que el lector quiere saber más o el modo en el que nos va desgranando cada situación.

 

Sin embargo, es más adelante cuando el autor cambia el tono que estaba utilizando para contarnos el trabajo que Fogg consigue, y que consiste en cuidar a un anciano. A partir de aquí se minimizan las conversaciones y se pasa a la descripción pormenorizada del trabajo del protagonista, además de que posteriormente sabremos del pasado del anciano.

 

En este punto la trama se ralentiza y se tiene la sensación de que se hace más lento, si bien todo tiene un motivo. Y es aquí cuando Auster despliega su elenco de casualidades, referencias (literarias, musicales, pictóricas) que forman un entramado sin el cual es imposible concebir este libro.

 

Pero es que además, con un golpe de frase, Auster sorprende al lector y nos cambia en un momento de situación, nos sorprende y nos vapulea con un vuelco.

 

Porque otros autores necesitarían muchos párrafos para saltar a otro tema, para iniciar otro hilo, pero Auster no. Con una simple frase cambia de asunto, nos pone patas arriba la trama que considerábamos fija, nos lleva por otro camino sin apenas darnos cuenta.

 

En definitiva, una novela con peculiares personajes, ávida de descripciones pero que no olvida los frecuentes diálogos, que encara temas muy complejos: el amor, las relaciones familiares, los miedos o el futuro, por decir algunos. Éstas son sólo algunas de las cosas que podemos encontrar en El palacio de la Luna, una gran maraña de hilos, personajes y situaciones que se relacionan muy íntimamente.

 

 

 Así que, a aquéllos que hayáis llegado a este párrafo os confesaré una cosa: sí, Auster es como es amigo con el que quedas en un bar para tomar unas cervezas. Te cuenta lo que le ha ocurrido durante el tiempo en el que no le vimos, qué ha hecho, qué ha visto y dónde ha estado.

 

Encontramos que es nuestro amigo, aquél con el que pasábamos tanto tiempo hace unos años, es fácil hablar con él, reírse, que nos entretenga lo que dice. Pero llegado un momento a lo largo de la velada, nuestro amigo nos demuestra que más que un presente es un pasado, un recuerdo de una vida que ya no existe, un lazo con alguien que mantenemos pero que poco pinta en nuestra vida actual. Alguien con el que podemos recordar los hechos pasados pero con el que nunca crearemos recuerdos nuevos. Alguien pretérito. Y como todo lo pasado, un rato está bien, pero más, cansa. Aburre, no interesa. Que se le ha pasado el momento, que ya no nos hacen gracia sus chistes, que sus anécdotas son repetidas. Que todo aquéllo que nos atraía ahora nos repele.

 

Descubrimos que ni él es quien pensábamos que era ni que nosotros somos los lectores que le leían apasionadamente en sus primeras novelas.

 

Últimamente me he estado cuestionando a mí misma en una cosa: ¿por qué? ¿Por qué le he dado tantas oportunidades a este autor? ¿Por qué a él sí y a otros no? Muchos otros se han quedado en el camino del primer libro: si no me convenció, los desterré. Otros en el segundo: si no mejoraba, los califiqué como ni fú ni fa. ¿Por qué con Auster no? ¿Por qué he sido tan benevolente? ¿Porque su nombre figuraba en la portada?

 

Y no es que diga que sus novelas aburran, o estén mal estructuradas, no. El problema es que a Auster le puse un listón tan alto que ahora que no llega queda ridículamente lejos.

 

No quiero que os quedéis con esto último, sino con todo lo que he comentado hasta ahora puesto en contexto. Probablemente esta reseña es más bien un puzzle de las ideas que se fueron formando en mi cabeza después de leerle en varias ocasiones. Lo digo porque la novela me ha gustado, mucho más que otras suyas, mucho más que otras que leí después. Pero lo que quiero decir es que mi tiempo con Auster ha terminado. Habré leído más, habrán cambiado mis gustos, no sé, pero la sensación es que sus novelas ya no me tocan la fibra. Son otra más. Antes eran garantía de que me gustarían mucho. Ahora no.

 

 

 

FICHA:

 

Te gustará si te gustó  
Pros
  • El estilo envolvente del Autor. Las múltiples referencias.
  • El equilibrio entre personajes y trama.
 
Contras
  • Previsible en algunos casos.
  • Los recursos que desarrolla suelen ser los que siempre usa Auster.
  • La edición de Anagrama tiene la letra escandalosamente pequeña.
 

 

 

Namaste.

21 comentarios en “El palacio de la Luna, Paul Auster.”

  1. Pues parece que Carol, tu, y a mi tambien me pasa, hemos pasado página con Auster, parece que ya nada nos queda por buscar en las novelas de este hombre…la verdad es que una vez te desilusionas con Auster es dificil volver a el…
    Yo leí este libro hace ya años, y recuerdo que me gusto, pero como no tenía blog, apenas recuerdo nada…
    saludos!

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  2. Muy buena reseña. Y siendo tan buena me deja perplejo tu sensación de distanciamiento. Y ya son dos reseñas que leo de la lectura conjunta con esa misma opinión: que os gusta pero que ya no es lo que era.
    Comprendo vuestra postura, pero hay algo que no entiendo. Si este libro es de 1989 por qué lo juzgáis como si lo hubiese escrito este año. Han pasado 23 años desde su publicación, lo que escribe hoy Paul Auster, aunque sea parecido, no es lo mismo que cuando tenía 40 años. Yo tengo 38, leí El Palacio con 28 y ahora que lo he vuelto a leer -por vuestra culpa- he encontrado en él cosas que la primera vez no advertí. Me parece el doble de genial que la primera vez y no me he aburrido en absoluto, lo he leído en tres días. Es cierto que siento devoción por toda su obra, pero sé discernir entre El Palacio de la Luna, El País de las Últimas Cosas, El Libro de las Ilusiones, Leviatán, Mr. Vértigo y otras que se podrían llamar «menores» como Viajes por el Scriptorium, Invisible o Tombuctú, que aunque también me gustan, no están a la altura. Supongo que los gustos van cambiando, y aunque a mí me sigue excitando cada nueva obra de Paul Auster, de Murakami o la aparición de inéditos de Bukowski, también me gusta zambullirme en Borges, Kafka, Chejov, y como no, descubrir algo nuevo para mí -que no para el mundo- como Adolfo Bioy Casares, Ivica Djikić, Tao Lin, Robert Walser, Slawomir Mrozek…
    Al final todo son sensaciones, uno no sabe bien por qué se aburre con algo que a otro le fascina y viceversa. Un abrazo

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  3. ¡Qué bien lo has descrito! Seguro que ya te he comentado que con Auster me ocurre exactamente lo mismo: Irrumpió en mi vida brillantemente, y después, poco a poco empezó a desilusinarme, a resultarme repetitivo.

    Sí, es un viejo amigo al que todavía quieres, con el que viviste buenos tiempos, pero que un día dejó de interesarte, por lo menos a interesarte tanto.

    Por eso le das (le damos) tantas oportunidades, porque aún le queremos, y porque la verdad es que se lee con mucho interés y engancha fácilmente.

    Rosalía, me quedo con ganas de saber cuántos libros de Auster has leído ya, si son más de 6 y todavía te encanta todo, me rompes la teoría de que a todos nos pasa más o menos lo mismo con este autor 🙂

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  4. Pues a mí La Trilogía de NY no me gustó mucho… El único del autor que me ha encantado fue La música del azar, los otros 2 que he leído no han sido redondos, pienso que el autor no sabe cómo acabar, no sé… pero sí que leeré otros libros suyos, como le dije a Carol, porque siempre encuentro algo en las historias.
    Felices fiestas!

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  5. Ya le decía yo a Carol que a mi este escritor me deja algo indiferente, lo encuentro insulso. No he conseguido contactar con él, y eso que la última escena del perrito en el libro de Tombuctú, de vez en cuando la recuerdo. Pero no significa mucho para mí. Después de leerte, y a pesar de que le sigues viendo esa maestría en el cambio de ritmos, pueden más las palabras de desencanto, que a mí me parece que bien podría ser no culpa de él, igual es culpa de tu evolución como lectora, ¿quién sabe? o las dos cosas.
    Pero bueno, si he de leer algo, ya veremos si Brooklyin Follies o Leviatan que también coincidís Carol y tú.
    Feliz navidad

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  6. Yo me inicié en Auster con este libro, y lo hice porque había oído hablar bien de él, pero después de leerlo decidí abandonarlo. Yo no le doy más oportunidades. No me pareció demasiado interesante y su «elenco de casualidades», como tú lo llamas, me pareció un recurso demasiado facilón y no me gustó. Creo que una trama bien elaborada no necesita recurrir tanto a la casualidad para su desarrollo. Y Auster es demasiado exagerado con esto, para mi gusto.
    Un saludo.

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  7. Hasta el momento, el único libro que he leído de Auster ha sido «Tombuctú». Quedé maravillado con la historia. Quizás sea por eso por lo que no he vuelto todavía a la narrativa del autor. Será cuestión de tiempo. ¡Me ha gustado mucho la reseña! Un abrazo.

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  8. El País de las Últimas Cosas junto con La Música del Azar son mis preferidos (de sus inicios), aunque con todos los demás he disfrutado mucho. Creo que hay que leerlo dando aire entre lectura y lectura ya que puede llegar a cansar, aunque a mi no deja de sorprenderme.
    Como complemento, y si no la conoces, te recomendaría encarecidamente que vieses la pelicula «Smoke».
    Slds.

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  9. Me ha encantado tu reseña, coincido punto por punto contigo. Y es que me parece que hemos seguido el mismo proceso con este autor: nos fascinó en su momento y luego nos decepcionó, aún teniendo en cuenta que el libro es entretenido. Yo no sé si romperé totalmente con él, no sé por qué pero me resisto a dejarle, es como explicas, un amigo del pasado con el que ya no tienes nada en común, pero al que no quieres dejar marchar (me ha gustado mucho esa imagen, describe a la perfección cómo me siento con él). Bueno, a ver si la próxima lectura que compartamos es más satisfactoria, por lo menos ha sido un enorme placer poder compartir esta lectura. Un besazo y Feliz Navidad

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  10. Pues yo me he aburrido como una ostra;) No me provocó nada la historia ni risa ni lágrimas, ni disfrute ni rabia… ni reflexión. Seré una mala lectora, quizás… Pero me esperaba mucho más y me quedé con una novela densa, aburrida, repetitiva que no ofrece mucho aparte de monólogo de un viejo (lo de amigo…ekhm;) … Sí, es verdad, hay momentos poéticos -especialmente el viaje de Marco al museo para ver El Cuadro. Este fragmento, sin embargo, no justifica la lectura. Como bien dices… de tanto en tanto aburre, se hace pesado. Yo también le dí muchas oportunidades: esta es la tercera… y no estoy segura si quiero probar con el 41 libro que tengo en casA: El Libro de las ilusiones— creo que no me apetece 🙂

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  11. Auster es de mis autores favoritos. Este libro creo recordar que fue de los primeros que leí suyos.
    Si tengo que elegir uno, Brooklyn sin duda alguna es el mejor para mí. Pero lo que no podría es prescindir de uno.
    Gran reseña.
    Aprovecho para felicitarte las fiestas y agradecerte las sugerencias que nos has ido dejando este año. El próximo más y mejor… si es que se puede.
    Besos

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  12. Puestos a opinar, para mí este es de los mejores libros de Auster. Lo releí el año pasado y me parece Auster en plena forma, me encantó, descubrí muchas más cosas que la primera vez. Así que coincido con Lilvia.La verdad es que en mis lecturas de Auster ha habido un antes y un después después de ver la película «Smoke». Me ayudó a encontrar el tono en el que hablan sus personajes, a entender su forma de ser. Sin embargo, la primera vez que lo leí, allá por 2004, me dejó una opinión algo parecida a la vuestra, quizá por la edad, quizá porque lo leía mientras con el rabillo del ojo veía los Juegos Olímpicos. Me parece un libro un poco atípico, con una estructura poco convencional, en la que durante buena parte de la trama el protagonista sencillamente desaparece y sólo oímos la historia del viejo Effing, y cuya parte final encontraba yo entonces más floja. Sin embargo, como digo, en una relectura, lo saboreé página a página. Yo no voy a imponerle a nadie que lea a Auster, cada cual se masturba con lo que quiere, pero a mí es un escritor que me merece un gran respeto y siempre le estaré agradecido, a pesar de todos los pesares y de que bastantes libros suyos me parezcan flojos. Yo no diría que me ha desilusionado, porque hay cinco o seis libros suyos que me siguen gustando mucho y que para mí son valiosos (este, «El libro de las ilusiones», «Leviatán», «La trilogía de NY», «La música del azar»…), además de la película «Smoke» (en cambio «La vida interior de Martin Frost» es bastante mala) simplemente me parece que hay que diferenciar el grano de la paja dentro de su obra. Con todo, me alegro de que sea tan leído en España. Y sí, tengo que reconocer que para mí empieza a ser también un autor de mi pasado, vamos, que no espero que un libro suyo me vuelva a ilusionar (espero equivocarme, pero me da que no). Pero qué vamos a hacer, si no gusta, no gusta y ya está, hay mucho por leer y no hay que torturarse con ningún autor cuyos libros no nos convenzan. ¡¡Feliz Navidad a todos!! 🙂

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  13. Te comento algo parecido a lo que le comenté a Carol, y es que sólo he leído Brooklyn follies, y siempre digo que quiero volver a leerle pero nunca encuentro el momento. No sé, debería darle más oportunidades, aunque creo que este que reseñas no es mi libro…

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  14. Feliz año.
    Me ha gustado tu reseña porque en el puzzle de ideas que has unido reflejas claramente los sentimientos que te ha producido este autor.
    Este libro no lo he leído, pero otros sí y por ahora es un autor que siempre me ha gustado, tal vez nunca le puse el listón muy alto, y ha pasado bastante tiempo entre una lectura y otra.
    Un abrazo

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  15. Yo he leido 7 libros de Auster y todavía me gusta. Que es repetitivo, sí, y algunos me han gustado menos que otros. El Palacio de la Luna se cuenta entre mis favoritos. Se lo ecomiendo a todo el mundo.
    Saludos.

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