Si algo sabemos de twitter es que, además de surgir ideas muy interesantes (como el reto 10×10) hace incrementar nuestra lista de deseos. El libro que os traigo hoy no pensaba leerlo, pero fue al ver que @Gancedo lo estaba leyendo cuando atrajo mi atención.
Los amigos de Popular Libros me lo enviaron y así y todo, aquí está la reseña.
Lo primero que me llamó la atención de esta novela es que su personaje protagonista fuera una mujer. Tanto Todas las almas como Mañana en la batalla piensa en mí tiene como eje a un hombre, así que quién sabe por qué había asociado a Marías como a un autor que prefiere los protagonistas masculinos y que, por ello, seguiría en esa línea.
Otra cosa que me sorprendió fue que durante las primeras páginas me riera tanto ante las situaciones que se dan o las conversaciones que tienen unos con los otros. Os dejo como ejemplo el siguiente fragmento:
“¿Tú crees que con este pantalón mil rayas y mocasines marrones con borla, ya sabes, a modo de adorno, van bien unos calcetines de rombos?”
Me guardaba de decirle que me horrorizaban los calcetines de rombos, los pantalones mil rayas y los mocasines marrones con borla, porque eso lo habría preocupado en exceso y la conversación se habría eternizado.
“¿De qué colores son los rombos?, le preguntaba.
“Marrones y naranja. Pero también los tengo rojos y azules, y verdes y beige, ¿qué te parece?”
“Mejor marrones y azules, tal como me has dicho que vas·, le contestaba.
“Esa mezcla no la tengo. ¿Crees que debería salir a comprármela?”
Me daba una miaja de pena, aunque me irritara mucho que se permitiera hacerme estas consultas como si yo fuera su previuda o su madre, y el sujeto fuera fatuo respecto a sus escritos, que la crítica alababa y a mí me parecían tontainas. Pero no quería enviarlo a buscar por la ciudad más calcetines ignominiosos que tampoco iban a arreglarle nada.
“No vale la pena, Cortezo. ¿Por qué no recortas los rombos azules de uno y los marrones de otros y los empalmas? Haz un patchwork, como se dice en español ahora. Una obra de arte del remiendo.
Tardaba en darse cuenta de que estaba bromeando.
“Pero yo no sé hacer eso, María, ni siquiera sé coserme un botón, y además tengo mi cita dentro de una hora y media.”
Seguro que muchos os preguntaréis, ¿y de qué trata? Pues esto es bien fácil de contestar (por una vez) porque ya en el primer párrafo leemos:
La última vez que vi a Miguel Desvern o Deverne fue también la última vez que lo vio su mujer.
El punto de partida de la historia es una muerte, y de ahí el autor desarrolla, fundamentalmente, dos temas en los que se enfrascan los personajes, esto es, la ausencia tras la muerte y el amor.
Y aunque en su mayoría la novela nos la cuenta la protagonista en primera persona, el autor despliega su estilo de un modo que se podría asemejar a un río: fluyendo y poco a poco, y esto se refleja en que cuando nos queremos dar cuenta nos está contando su punto de vista otro personaje. Marías hace fácil lo que es complejo.
Sin embargo, hacia la mitad del libro el lector tiene la sensación de que este libro tiene similitud con la verborrea que te suelta uno de esos amigos/compañeros pesados cuando ya te han contado todo lo que tenían que contar: se ponen a dar vueltas y vueltas a los mismos asuntos, plantean hipótesis, posibilidades y teorías. Así que llegado a este punto el paciente oyente acaba haciendo lo que todos hacemos: pensar en otra cosa o en su defecto mirar a las musarañas.
Así que en conclusión es una novela que está bien, pero desde mi punto de vista es reiterativa. En cualquier caso me reafirma en situar a Marías como un autor fiable en el momento de escoger una lectura, además me ha parecido una lectura mucho más fresca que la de Todas las almas.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
|
Pros |
|
Contras |
|
P.D. Gracias a la Editorial Alfar he recibido 3 libros que se sumarán a los sorteados, así que cada uno de los cuatro ganadores recibirá ¡2 libros! El viernes, los resultados. ¿Impacientes? 😉
Namaste.
No leí «Todas las almas», que pones como referencia, pero me apetece leer esta, aunque quién sabe cuándo. Como la ironía me encanta, me he reído mucho con: «Haz un patchwork, como se dice en español ahora. Una obra de arte del remiendo.» No tiene desperdicio. Tiene toda la razón, sin embargo el patchwork me gusta mucho.
Me gustaMe gusta
Yo prefiero empezar con otro de Marías pero es otro de mis eternos pendientes. Por cierto, más libros para el sorteo!!!! Yuju!! 😉 Besos
Me gustaMe gusta
Es interesante lo que dices de J.Marias «hace fácil lo complejo»… Creo que con esto me has picado mucho. No he leído nada de Javier, no sé es bueno o malo.Mira que me lo he planteado varias veces. Reconozco que leo muy poca literatura nacional – ni polaca ni española;)Me siento fatal por ello.
Eso sí.. el dialogo/fragmento que pusiste… es reiterativo y a mi me sabe a pesado 😉
Me gustaMe gusta
Bueno yo solo he leído el de Mañana en la batalla y me gustó mucho. Este se lo regalé a mi novio el día del libro, pero aún no lo hemos leído. Él se leyó Tu rostro mañana y le gustó muchísimo, pero sí que dice que da mil vueltas a lo mismo durante 400 páginas, así que yo me supongo que sea «su manera de ser» jajaja.
PD: me alegra saber que ganaré más libros 😀
Me gustaMe gusta
No he leído nada de este autor y de este libro he visto algunas reseñas pero tiene algo que no acaba de atraerme, seguiré leyendo opiniones a ver si finalmente me decido a leerlo o no. Saludos!
Me gustaMe gusta
Pues tengo muchas ganas de leerlo, este finde en la Feria del Libro seguramente me haga con un ejemplar 😉
Me gustaMe gusta
Hasta ahora, no he leído nada de Javier Marías. Desde hace un mes, quizás algo más, tengo noticias del libro que aquí reseñas. Y han sido tus palabras las que han conseguido aumentar mi curiosidad, a pesar de esa verborrea que comentas en el punto negativo. La verdad es que el comienzo promete (no he podido evitar acordarme del inicio de «Las cien voces del diablo», que también comienza con alguien que va a morir, y me deparó una de las mejores lecturas en lo que va de año). Conclusión: que anoto este título.
¡Y me alegra saber que aumentará el premio del sorteo! gane quien gane, va a disfrutar mucho. ¿Impaciente? ¡No, lo siguiente! 😀
¡Abrazos!
Me gustaMe gusta
Je, je Marias puede atacarte de los nervios en cualquier momento con sus circunloquios. Después de leer tu post confirmo la idea que tenía de no leer este libro de momento.
Me gustaMe gusta
Creo que lo leeré algún día. Como sabes, me gusta Marías. Me entusiasmó «Tu rostro mañana», aunque te doy la razón en lo de que es reiterativo, le gusta recrearse en su estilo y a veces cansa un poco. Creo que no somos los únicos a los que nos pasa. Me parece llamativo lo que dices de la protagonista femenina, a mí también me parece un autor más bien de narradores masculinos, así que es de agradecer que varíe un poco. Tengo ganas de leer «Todas las almas» y «Corazón tan blanco», veremos cuándo. Y me gusta el fragmento que has elegido.
Me gustaMe gusta
Lo intenté con Javier Marías hace tiempo y fracasé,precisamente porque se pasaba páginas sin enterarme de nada, acababa desconectando sin darme cuenta. Y no me veo con ánimos de volverlo a intentar, la verdad.
Saludos,
Me gustaMe gusta
Javier Marías no es un autor que me apetezca leer, y no sé porqué. No he leído nada suyo, por tanto no debería ser así. De momento lo dejaré pasar, pero lo cierto es que tengo que leer algo suyo; no tengo motivo para no hacerlo y a casi todo el mundo que le ha leido, le gusta.
Me gustaMe gusta
Dolmar: yo también me he reído mucho, sobre todo en las primeras páginas. La verdad es que no me lo esperaba de un autor como Marías… ya me contarás qué te parece si decides leerlo. Merece la pena.
Vero: tengo pendiente “Tu rostro mañana”, uno de los más aclamados. Sé que antes o después caerá, aunque hay que tener paciencia que son bastante largos…
Karo: ¡no se puede estar a todo! Y claro, con lo mucho que te gusta la literatura asiática, es normal que no puedas abarcar todo… de todos modos, te animo a que lo hagas y descubras algún autor de por aquí. Quién sabe si te gustará… 🙂
Isi: sí, parece que se expresa así y no hay más que hablar… pues entonces caerá en breve, imagino… habiendo leído ese libro ya sabes cómo va la historia. Hazle un hueco y me cuentas.
Tatty: depende a lo que estés acostumbrada, y por supuesto, tus gustos. Hay personas que no le aguantan…. “Todas las almas” es más corto, por si un día te decides a darle una oportunidad.
Ismael: ¿lo has comprado? ¿Estuvo Marías en la Feria? ¡Cuenta!
Jesús: no hay como tener antecedentes de un libro para que al final acabe en nuestro Plan Infinito. La curiosidad mató al gato, dicen… 😉
Oesido: jaja, no esperaba convencerte, que ya sabes bien cómo se las gasta Marías. ¡No se va a poner a cambiar de estilo a estas alturas de la vida!
Bartleby: como ese fragmentos hay varios. Desgraciadamente, sólo al principio de la novela, porque luego se nota que pasa a hablar de otros temas y se pone serio. Imaginé que querrías ponerlo en tu lista, habida cuenta de que has leído mucho de Marías.
Perkins: ya sabes, cuestión de gustos. Y si ya has probado con él, me temo que no te gustará porque es así…
Ascen: prejuicios, como los tenemos todos. Quizá alguien te habló mal de él o has leído alguno de sus artículos que publica en el periódico.. quién sabe. Ahora, nunca está de más darle una oportunidad. Mira que si te gusta…
Me gustaMe gusta
Me estaba gustando lo que decías hasta …. que has dicho que al final te daba la impresión que una vez todo dicho había un poco de verborrea, pero, jajaja, no sé si esa verborrea pudiera gustarme, me quedo con la duda. No apunto el libro. Pero lo guardo en el cerebrito, porque no descarto para nada apuntarlo. En realidad me ha gustado lo que dices 😀
Un abrazo
Me gustaMe gusta
Estoy de acuerdo con lahierbaroja en que «Los enamoramientos» es verborreico: Marías te transmite una idea no con una frase (que, si es certera, sería también suficiente) sino con mil, y, francamente, cansa y aburre. Terminé el libro, creo que se lee bien, pero Marías abusa de este estilo parsimonioso, melindroso, ensimismado, parafrástico, sinonímico, digresivo, amanerado, y a veces sólo aparentemente profundo. Creo que es un estilo arcaico, más propio del Siglo de Oro o del Barroco que del siglo XXI. Creo que no leeré más libros de ficción suyos (éste es el primero que he leído, y será seguramente el último). Sí que, en cambio, continuaré leyendo su página en «El País Semanal»: ahí me divierte mucho, siempre me hace reír porque es hiperbólico, y la hipérbole me pierde. Como escritor de ficción creo que es de segunda fila (por lo menos lo es, para mí, en «Los enamoramientos»): le falta imaginación y le sobran ganas de apabullar al lector con su ingenio, su inteligencia, su capacidad de análisis. Estas últimas cualidades las tiene que tener el ensayo, y también la ficción, claro, pero en ésta última tienen que estar al servicio de una buena historia, de una buena fábula.
Me gustaMe gusta
Tal vez sea un post antiguo, pero me detengo a hacer mi opinión acerca de este libro que leí hace algún tiempo atrás. Este fue el primer libro de Marías, a la cual estaba impaciente por leerlo y no me defraudó para nada, lo encontré interesante, me gustó esa mirada femenina de describir los acontecimientos, esa manera de analizar distinas situaciones, el de sentirse querido y luego despreciado. Como muchos dicen y comparto la opinión, Marías da vuelta en mil y un temas repetidamente, pero ese es su estilo y a la edad que tiene, no creo que cambie para agradar a algunos pocos. Hace poco leí el primer tomo de «Tu rostro mañana», si bien los acontecimientos son bastante pocos, aveces el lenguaje que utiliza es bastante complejo y los analisis tan profundos suelen ser en algunos momentos aburridos y monótonos, no obstante, es una excelente obra que espero concluir con las dos otras partes. En mi blog comenté que para leer a Marías, hay que tener pasciencia y mucha, no es una lectura que te la puedas tragar de una, sino que hay que saborearla de a poco, y si te desconcentras un poco, pierdes el hilo inmediatamente de lo que estabas leyendo.
Marías tiene su estilo, en algunos casos tampoco comparto la profundidad de sus análisis pero en general es un excelente autor.
Me gustaMe gusta
Icíar: la verborrea y Marías van de la mano. Escribe así, no lo puede remediar. Si te gusta, te encantará. Si no, pensarás que es un pesado. Todo depende.
Josep: no estoy de acuerdo contigo. ¿Por qué dices que es un estilo arcaico? ¿Por la cantidad de adjetivos que emplea? ¿Por los circunloquios? Sinceramente, si la literatura típica del Siglo XXI es la de los best-seller, la de los diálogos facilones y la ausencia de adjetivos, me quedo con Marías, que se nota que es rico en vocabulario, que juega con el lector, por mucho que redunde su estilo es más elaborado y como tal, se aleja de la mayoría.
Quizá la diferencia radique en el público al que va dirigido. A Marías le da igual que piensen que es un pesado. Escribe así y sabe que lo hace bien. Valoro la economicidad, pero no siempre. Con él la forma es muy importante, tanto como el fondo.
Tampoco estoy de acuerdo en lo que comentas sobre las características del ensayo. Aquí no hay fórmulas matemáticas, te puede gustar más o menos, pero hay novelas poéticas, hay poesía muy narrativa, igual que hay ensayos más novelados.
En fin, para mí Marías es una diferencia al modo común con el que muchos hacen las cosas. Leer a Zafón es igual que leer a Dan Brown. No tienen estilo. Juegan con eso para enganchar al gran público. Marías no. Él despliega su estilo. Porque esto es como la elegancia: se tiene o no se tiene. No se aprende. No sale por generación espontánea. Es más fácil hacer una historia en la que pasen muchas cosas que una en la que pase poco pero quede “llenada” por el estilo del autor.
Manuel: no he leído “Tu rostro mañana”, pero lo tengo pendiente porque todo el mundo habla bien de él. Marías es, como bien dices, un autor para leer de a poco. Para releer los párrafos si hace falta, para tomárselo con calma, y por supuesto, para no leer varios libros suyos seguidos. Lo que comentas de la desconcentración me pasó a mí. No se puede afrontar este libro como otros. Hay que prestarle mucha más atención.
En definitiva, leer a Marías es distinto. Es un placer que aunque pueda parece reiterativo, merece la pena.
Me gustaMe gusta