Hoy he terminado este libro, y tenía ganas de comentaros qué me ha parecido.
Éste es uno de los libros que compré en la Feria del Libro de Madrid, y aprovechando que se encontraba allí el autor me eché una foto con él y estampó su rúbrica en el libro que aparece en la imagen, aunque de eso ya hablé en otra entrada.
Lo primero que me llamó la atención del libro fue el título. Mi abuela solía despedirse con un “Hasta mañana si Dios quiere”, y por eso fue lo primero que me vino a la cabeza (digo solía porque desde que somos vecinos ya ni nos despedimos). Lo segundo que recordé es que había leído muy buenas críticas.

El autor del libro es Luis García Montero (para los no iniciados: el marido de Almudena Grandes), un poeta que con esta novela se cambia de bando para contar la historia de otro poeta amigo suyo: Ángel González Muñiz.
Reconozco haber leído poca poesía de García Montero, pero lo que leí me gustó. No es enrevesada, forzada (siempre he recordado así a Góngora, ¡yo siempre he sido más de Quevedo!) vamos, que para mí, que no leo poesía, no me fue difícil entenderlo.
García Montero cuenta una biografía, y de las duras, porque Ángel González nació a finales de los años 20, y le tocó lidiar a la edad de 10 años con un episodio traumático de la Historia de España: la Guerra Civil. La pobreza, la muerte, el dolor… pero también la esperanza, las ilusiones, su amor por la literatura. De todo ésto trata la novela y de mucho más. El porvenir de sus familiares, el futuro incierto del propio Ángel… todo escrito en forma de novela, pero con una técnica literaria muy lírica, a medio camino entre un ensayo, una poesía y una novela.
Antes de comenzar a leerlo no sabía qué esperarme. Un poeta que escribe una novela… desconfié. Sin embargo, me bastó el primer capítulo para darme cuenta de que lo tenía entre las manos era de lo mejorcito que había leído. No quiero desvelaros mucho, pero os dejo una muestra:
«El calendario de los sentimientos no admite cronómetros, no responde a un tiempo lineal y sistemático, no arranca las hojas de los días siguiendo un ritmo disciplinado. Después de largos períodos de estancamiento, se producen saltos de una longitud decisiva, distancias pequeñas que abren abismos en las preocupaciones y en los deseos».
Quizá no sea el mejor libro para leer en verano. Pero qué más da. Cuando un libro es bueno, hay que leerlo en cuanto se pueda. Y esta novela es una joya.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
No sabía que era el marido de Almu (cuando ya llevas unos cuantos tochazos de la escritora leídos, pues la llamas Almu, porque hay confianza jijijiji). El caso es que «El corazón helado» me encantó, pero he leído hace poco uno de Muñoz Molina que también trata la Guerra Civil y no sé si será demasiada guerra civil… Quizás para más adelante, pero me ha interesado tu reseña.
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Jajaja, en mi casa también le llamamos Almu… cuestión de confianza, como dices (tengo pendiente una entrada sobre ella, pero no sé por cuál de todos sus libros comenzar…)
La fotografía está dedicada a tí, Isi: te enseño de qué color es mi mesa… 🙂
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jajaj, el color de tu mesa no tiene nada que envidiar al de mi pared 😉
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Bueno bueno bueno!!! ¿cuándo vas a empezar a escuchar a Sabina de manera sistemática?
Jejeje, me alegro que te haya gustado. Sobre todo porque ahora si, por fin, después de tantos años puedo desmentir esa teoría tuya de «…te gusta porque es amigo de Sabina…», frasecita que me dijiste sin haber leido ni un poema… y ahora, dejas constancia nada menos que por escrito, de que no solo te gusta su prosa sino también su lírica.
Pues si vas a escribir sobre Almu, creo que deberías empezar por Malena, seguir por Atlas y luego hablar del último. La evolución pura y dura de su literatura…
Y por último, tengo que seguir con el hilo de la foto en la mesa… Isi, ¿te has fijado en esa foto? No es una foto de un libro que está encima de una mesa, para nada, todo lo que sale en la foto está perfectamente medido. En realidad no te quiere enseñar la mesa sino los post-it. Si hierbaroja tuviera que elegir ser una cosa, elegiría ser un post-it sin lugar a dudas. No me cabe duda de que estuvo estudiando otra carrera en el antiguo Egipto dentro de una pirámide. Como los post-it no estaban inventados, así dejó las paredes…
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Le has pegado con el libro, eso, algunos le llaman: intuición femenina. Me pasó con algunos libros, el preconcepto del autor a veces traba, por eso es bueno animarse a leer las primeras 5 páginas, suele resultar.
saludos
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Despues de cruzarme con tus comentarios en varios blogs me decidi a conocer tu blog, y me voy encantada, yo tambien cuando hablo con una amiga madrileña la llamo Almu debe ser la confianza, de esta autora sobre todo me gusto muchisimo el de Malena, que lei hace muchisimos años, tengo en casa alguno que otro sin leer y le tengo ganas especialmente al corazon Helado en cuanto a este la verdad es que entra en mi plan infinito, porque me ha llamado la atencion tu reseña
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Niebla espesa: pues sí, retiro lo dicho. Me ha gustado tanto el libro que me da igual tragarme mis palabras. Ahora sólo espero que lo leas para comentarlo. Seguro que te encanta.
Jaja, vaya ocurrencia con lo de las pirámides… qué pena que 3M no existiera ya por entonces (tu teoría afirma que fui una adelantada a mi tiempo!) 😉
Tendré en cuenta tu consejo sobre la entrada de Almu, aunque he de admitir que tengo un par de ideas…
Mariano: efectivamente, a veces hay que hacerle caso a la intuición. Si hay que dejar un libro a medias, se deja. ¡Lo mejor es darte cuenta que inesperadamente ese libro con pocas esperanzas te gusta!
Carmina: ¡Bienvenida! ¡Ánimo con «El corazón helado», merece la pena! A mí me gustó el de «Malena», pero también «Atlas de geografía humana», «Los aires difíciles» y «Castillos de cartón». Un día me toca desarrollar todo esto… 🙂
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jajajaja, a mí también me gusta el material escolar: tengo postit de colorines que apenas uso, lapiceros de Kitty, un estuche que es un caballo de peluche (todo ha salido más o menos veces en el blog, jejeje).
Carmina: tienes que leer «El corazón helado» ya; es un libro que a mí me encantó. Ahora lo está leyendo mi novio y es que no puede dejarlo; engancha!
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Yo tampoco sabía que era el marido de Almueda Grandes. Apuntado en mi cuadernillo llamado: «Por leer». Gracias por la recomendación, parece más que interesante.
PD: «Namaste» es «saludos» en la India?
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Espero que te guste entonces, Diana. 🙂
Sí, «namaste» es saludos o adiós en sánscrito.
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