Autor, Literatura, Primo Levi

Los hundidos y los salvados, Primo Levi

Cierro la Trilogía de Auschwitz con la lectura del tercer título, tras Si esto es un hombre y La tregua. Lo hago en esta edición de Península de 2018 donde se incluyen las tres partes.

La más corta de las tres entregas se presenta como un ensayo, ya que incluye las reflexiones y análisis posterior, cuando Primo Levi ya ha regresado a su hogar, con capítulos organizados en diversas temáticas, como la memoria, la vergüenza o la comunicación de la información que se tenía en el campo.

Los objetivos de la vida son la mejor defensa contra la muerte: no sólo en el Lager.

Página 600

Reflexiona, como lo hace Nico Rost en Goethe en Dachau, sobre el papel de la cultura en la supervivencia del campo (¿los intelectuales se adaptaban mejor o peor a las circunstancias?) y añade también parte de la correspondencia con alemanes que mantuvo tras la publicación de Si esto es un hombre, algunos de ellos le ponen en contacto con otros supervivientes y otros piden perdón por sentirse implicados (generalmente por lo que hicieron los padres de quienes escriben) en la muerte de 6 millones de judíos.

¿Y entonces? Los miedos de hoy ¿están mejor o peor fundados que los de entonces? Somos tan ciegos ante el futuro como nuestros padres.

Página 616

No es el mejor de los tres, de hecho creo que El hombre en busca de sentido de Frankl es mucho más interesante, completo y científico, pero resulta buen cierre para conocer de forma total la experiencia del italiano.

Namaste.

Autor, Literatura, Primo Levi

La tregua, Primo Levi

Cuando el año pasado comencé a leer la Trilogía de Auschwitz con Si esto es un hombre mi intención fue leer continuar las otras dos partes a una por año, así que lo anoté en mi lista de 2024 para no perderlo de vista y lo he leído este mes.

La tregua narra lo que sucede tras la liberación del campo de concentración hasta su regreso a Italia.

Lo que en una situación normal habría sido un viaje de unos días o una semana se alarga varios meses mientras los supervivientes son llevados al norte en tren, de campo en campo, alimentándose en lugares organizados por rusos o americanos, buscándose la vida, mientras esperaban un modo de llegar al sur.

Su viaje le llevará hasta la actual Bielorrusia, para acabar bajando de nuevo a Polonia y a Austria, por tren, andando o en carreta, según la zona y el estado del terreno tras la guerra. Así, Levi y sus compañeros se reencuentran, conversan, se alegran de haber sobrevivido aunque en la práctica siguen en modo alerta.

La tregua funciona como engranaje entre el pasado y el futuro, esto es, tenemos a un Primo Levi enfermo y hambriento tras salir del Lager que tiene como objetivo volver a casa. Una casa, por otro lado, lejana y quimérica con la que soñar mientras sigue pasado frío, hambre y traslados, tratando de conseguir un modo de dirigir sus pasos al sur.

Si esto es un hombre es un testimonio clave de los campos de concentración. De Los hundidos y los salvados dicen que es una historia muy destacada del análisis posterior. La tregua se queda en el medio, no es indispensable su lectura, pero como añadido a la trilogía cierra el círculo del testimonio del italiano.

Namaste.

Autor, Levi, Literatura, Primo Levi

Si esto es un hombre, Primo Levi

Decía, quizá por aquí o quizá por otra red social, que últimamente he abandonado los libros de temática Segunda Guerra Mundial para acercarme a los del entorno soviético (desde la revolución hasta la desintegración de la URSS). Y quizá por eso añadí este título, que de tan indispensable había dado por hecho y que sin embargo, no me había animado a leer.

Y es que durante un tiempo leí mucho de campos de concentración, ensayos o novelas ambientadas en la Alemania nazi. Sin pensarlo muy bien, sólo por el simple gusto de seguir leyendo, mis lecturas iban encaminadas a la misma temática. Y después, pues no sé. Quizá me sobrepasó o quizá pensé que ya había leído todo lo que merecía la pena.

Uno de los últimos fue Goethe en Dachau, los diarios de Nico Rost, un título que a pesar de terminar en mi balance de lo mejor de 2020 no le acabé dedicando una entrada propia. Lo cierto es que a pesar de lo interesante de sus diarios, me costó mucho terminarlo.

Con todo lo anterior en mente, al escoger este título para leer en Semana Santa di por hecho que leería 2 o quizás 3 capítulos y poco más. Me equivocaba: lo leí prácticamente de seguido en 3 días.

Si esto es un hombre no necesita presentación pero aún así la dejo por aquí: es la primera parte de la denominada Trilogía de Auschwitz, y cuenta los momentos en los que el italiano estuvo en el Lager. Lo completan La tregua, que narra el regreso a Italia tras la liberación y Los hundidos y los salvados, un análisis posterior del autor.

Nos damos cuenta de que nuestra lengua no tiene palabras para expresar esta ofensa, la destrucción del hombre.

Página 47

Italia, 1943, Primo Levi es atrapado y deportado hacia Polonia. Allí accede a Monowice, uno de los campos del complejo de Auschwitz, donde pasará diez meses hasta la llegada de los rusos.

¡Ah, poder llorar! ¡Ah, poder enfrentarse al viento como antes lo hacíamos de igual a igual, y no como aquí, como gusanos sin alma.

Página 98

Si esto es un hombre es su experiencia y testimonio de su estadía en el campo de concentración. Como tal, Levi organiza los capítulos según temáticas subjetivas: es capaz de describir su llegada al campo y el tipo de trabajo que desarrollaba pero cuando lo cree necesario incluye diez días en concreto o un aspecto determinado que se aleja de la temática anterior.

Así, lo que él no ha vivido no lo cuenta: el crematorio, el funcionamiento interno del campo o la situación en el frente son desconocidas para él, como lo eran cuando estaba prisionero. Nos cuenta lo que se decía, los rumores o la información que circulaba entre los prisioneros, pero nada de lo que tuviera conocimiento después.

Los personajes de estas páginas no son hombres. Su humanidad está sepultada o ellos mismos la han sepultado, bajo la ofensa súbita o infligida a los demás.

Página 157

Esto resulta, desde mi punto de vista, todo un acierto. Porque a fin de cuentas, Primo Levi no era ni historiador ni escritor, sino simplemente un testigo de uno de los actos más terribles cometidos por la Humanidad, y como tal, cuenta lo que tuvo que vivir allí.

El tono es una mezcla descarnada del dolor del presente con la incomprensión y la falta de análisis del testigo. Las reflexiones llegarán después, los teóricos recabarán datos y nos iluminarán sobre el tema, sabremos lo que sabían los nazis, cómo se organizaban y qué mente abyecta organizó el Holocausto. Es el prisionero el encargado de contar lo que ha visto, describir lo que ha sentido y contar su experiencia.

Yo pensaba que la vida era bella afuera, y que todavía iba a ser bella, y habría sido una lástima dejarnos hundir ahora.

Página 203

Lo hace sin caer en sentimentalismos, con la visión clara, cruda y directa de quien ha visto lo peor, de quien ha sobrevivido al mayor espanto imaginable. Como lo hace el protagonista de Maus, de Art Spielgemann.

Lo menciona Levi en su texto y no quiero dejarlo pasar, el objetivo del texto no es comprender a los nazis, a los asesinos que organizaron la muerte de millones de personas.

Comprender es justificar, así que lo único que podemos hacer es leer, saber qué sucedió, de ahí que leamos muchos de estos títulos para saber, para conocer, para no olvidar.

Hay muchos libros sobre campos de concentración, pero este es clave. No hagáis como yo y leedlo cuanto antes.

Namaste.