Podía practicar otros deportes, pero ninguno había tenido nunca tanta importancia como el béisbol, y después de empezar como alero en el equipo alevín de baloncesto en primero de instituto, Ferguson decidió no seguir al año siguiente, lo que marcó un final brusco y definitivo a su actividad deportiva en equipo. En un tiempo aquello había sido lo más importante en para él, pero eso era antes de leer Crimen y castigo.
Página 530, 4321, Paul Auster
Para todos aquellos a los que un libro ha cambiado la vida: hoy, mañana y siempre… sigamos leyendo.
Feliz Día del Libro.
Namaste.