Lo que me sucede con muchas novedades es que de tanto verlas por redes sociales, librerías y blogs, acabo queriendo leerlas. En este caso fue Oesido el que me comentó si lo había leído, y ahí pasó a mi libreta.
Al poco tiempo, buscando un libro cortito para empezar, pensé que este era una buena opción.
Me llamo Lucy Barton es la historia de una hija que está hospitalizada y que durante el tiempo de convalecencia conversará con su madre de muchos temas que jamás habían tratado, donde cobran importancia los recuerdos compartidos de un pasado remoto, donde se acercan la una a la otra tras mucho tiempo separadas y donde reflexionan sobre su vida.
Un planteamiento a priori, interesante, una visión unánime de la crítica. Y sin embargo, no.
Quizá no me ha gustado por una mezcla de sensaciones: en primer lugar, el tufillo descarado de la similitud con Lucia Berlin, pero hecha desde la copia, desde la falta de originalidad. Las copias siempre siempre tratan de parecerse al original pero aunque desde fuera podrían asemejarse cuando uno presta atención no es lo mismo. Eso ocurre aquí: un estilo que trata de llegar pero no lo consigue, una prosa que pretende llegar al fondo del asunto pero que se queda en la superficie.
Después, el horror, esa pátina de reflexión sobre la vida, lo importante del tiempo, que tenemos que aprovechar y todo eso que si está bien hecha me gusta y si está hecha de forma torticera me repatea y me enfada. (Llegando a una cadena de bostezo-enfado-bostezo-crujir de mandíbula). Me recuerda a un mal libro de autoayuda.
Quizá la historia en sí no está mal, pero si añadimos las altas expectativas después comentarios como éste, más la sensación de ver la etiqueta de la tienda de los chinos en cada frase, en cada diálogo (quién no ha tenido la sensación de comparación: esto yo lo he visto pero mejor hecho anteriormente), en cada intento de situación manida, que trata de emocionar al lector pero que se queda en una superficialidad cursi que, sinceramente, no va conmigo.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
Yo estaba dejando pasar el tiempo, pues cuando veo un libro por todas partes prefiero que pase ese boom. Pero tu reseña y, en concreto, ese no he anotado ni una frase. Me van a hacer pensármelo dos veces. Porque una de las sensaciones más bonitas cuando leo una novela es que me transmita emociones.
Un abrazo
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Efectivamente. El hecho de no anotar ninguna frase ya dice bastante de lo que me ha gustado el libro.
Intento hacer como tú, esperar a que pase la moda de leer el libro, pero de vez en cuando por curiosidad acabo cayendo.
Abrazos.
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Pues yo vi algo la verdad, la capacidad de evocar sentimientos, de presentir lo que no se dice, de atisbar no sé que …. No hay grandes frases, porque en la vida no las hay. Por el contrario la Berlín me gustó, con su crudeza, realismo, pero al cuarto relato los demás me parecieron calcados unos de otros. Y lo que hace lo hicieron quizá mejor otros: Fanté, Ford, Carver. Un saludo Namaste y felices lecturas
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