Autor, Literatura, Mendoza

La verdad sobre el caso Savolta, Eduardo Mendoza


Volver a leer uno de esos autores que han estado ahí hace tiempo es como volver a coincidir con un amigo. Mendoza es para mí uno de esos autores que siempre están ahí, ya sea con novelas humorísticas, como Sin noticias de Gurb, con viajes extraños que no acaban de convencer como El asombroso viaje de Pomponio Flato o con otras novelas diferentes de las anteriores como Mauricio o las elecciones primarias, Mendoza forma parte de mi bagaje literario, porque es uno de los pocos que puedo decir que voy leyendo según va pasando el tiempo. Así que teniendo todo esto en cuenta, y sabiendo que @castillodnaipes me había recomendado La verdad sobre el caso Savolta en varias ocasiones, ¿cómo podía ser que no lo hubiera leído ya, teniendo en cuenta que el ejemplar rondaba mi mesilla por las noches?

la-verdad-sobre-el-caso-SaboltaDecidida por fin a enmendar mi error, compré un kilo de churros y me senté en mi butaca a comenzar con la lectura. Asombrada mientras pasaba las páginas, no podía concebir que en La verdad sobre el caso Savolta no apareciera ningún extraterrestre, ni Marta Sánchez, ni nada parecido. Al contrario, una compleja trama en la que encontramos fragmentos tan serios y musicales como el que sigue:

Ella se aproximó a mi rostro y me dio en los labios un beso de los que sólo en los sueños de los solitarios sin amor se dan y se reciben.

La verdad sobre el caso Savolta es una historia compleja, en la que hay sindicalistas, intereses económicos, personajes de doble filo, complots, asesinatos y amor. Todo mezclado en un maremágnum de saltos temporales que narra Javier Miranda desde un banquillo como testigo en un procedimiento judicial posterior.

Las piezas y los relatos que nos cuenta el narrador, van creando un hilo conductor en el que se forma una visión global de un momento en el que ocurren varias situaciones a la vez y en la que otra persona menos observadora no apreciaría la complejidad y el juego de causas-consecuencias de cada acto.

Pero además, Mendoza intercala otros temas, bien humorísticos o irónicos, otras pequeñas reflexiones y perlas que aderezan una historia muy bien contada.

– Cortabanyes es un gran hombre -dijo Lepprince en cierta ocasión-, pero tiene un grave defecto: siente ternura por sí mismo y esa ternura engendra en él un heroico pudor que le hace burlarse de todo, empezando por sí mismo. Su sentido del humor es descarnado: ahuyenta en lugar de atraer. Nunca inspirará confianza y raramente cariño. En la vida se puede ser cualquier cosa, menos un llorón.

– ¿Cómo conoce usted tan bien a Cortabanyes? -le pregunté.

– No le conozco a él, sino a su careta. La naturaleza crea infinitos tipos humanos, pero el hombre, desde su origen, sólo ha inventado media docena de caretas.

Desde mi punto de vista, es un libro al que le sobran páginas. Leí de corrido hasta prácticamente la mitad y después me aburrí, porque algunos trozos se me hicieron pesados o que poco aportaban a la historia general. Reconozco también que no ayudó que hacia la mitad del libro leyera la sinopsis y aparecieran datos que aún no conocía (¿con qué motivo incluyen en las sinopsis cosas que aún llevando la mitad el lector desconoce? ¿Cómo se explica?).

A pesar de estas pegas, es un libro entretenido, complejo, bien narrado y bien pensado. Una de esas historias de ficción que parece que ya no quedan, que no están de moda escribir porque le faltan ochocientas páginas o porque ahonda demasiado en la sociedad de la época.

FICHA:

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Pros

  • La compleja historia, en la que cabe el relato de la sociedad de la época y la reflexión de otros temas.

Contras

  • Hacia la mitad se hace pesado y redundante.
  • Sobran páginas.

 Namaste.

4 comentarios en “La verdad sobre el caso Savolta, Eduardo Mendoza”

  1. Es una novela complicada… Yo la leí siendo demasiado joven, sin la madurez que requiere comprender la trama, sus historias y todo lo que desemboca de ellas. Pero es un recuerdo que perdura a cada mención, el buen sabor aunque amargo tras acabarlo.

    Un análisis breve pero conciso, muy agradable de leer.

    seeU!

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  2. Yo la leí hace relativamente poco tiempo, sabiendo ya que no tiene relación con Sin Noticias de Gurb, o El Misterio de la Cripta Embrujada. Pero para mi sorpresa, sí que había bastante de ese humor en sus páginas.

    Me gustó y no me pareció que perdiera fuelle aunque no me resultara total y absolutamente redonda. Aunque sé que no es lo más habitual, la obra «seria» de Mendoza me gusta, pero menos que la más humorística, y me sigue pareciendo más compleja.

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