Algo está cambiando.
Si hace unos años trataba de asistir a la Feria del Libro de Madrid los días de diario, tratando de evitar la multitud que puebla el Retiro los fines de semana, precisamente este año he hecho todo lo contrario.
Movida quizá por el deseo de tener alguno de los títulos de mi biblioteca firmado, o quizá con ánimo de coleccionista, o puramente envidiosa de las fotografías que en estos días aparecen por los blogs literarios, decidí ir cargada y acercarme con objeto de obtener alguna que otra firma.
Ojo, que cuando digo cargada es cargada de veras. Además de los tres libros de Episodios de una guerra interminable de Almudena Grandes, llevé el pesadísimo ejemplar de Tu rostro mañana de Marías, un libro de Vila-Matas y otro de García Montero.
Bueno, ¿y qué tal? os preguntaréis. Pues bien, muy bien. Aunque la fila para que firmara Almudena Grandes era bastante larga (algo que se agravó cuando la autora llegó veinte minutos tarde), pude hacerme con su firma, e incluso comentarle mi opinión de sus libros. Me gustaría haber grabado su cara en vídeo para que pudiérais haber visto la cara que se le quedó según yo iba sacando libros. Pensándolo bien tampoco se quedaron atrás los que estaban detrás de mí… aunque simplemente me miraban con odio.
Otro que tenía una fila bastante larga era Javier Marías. Ataviado con un pin de su admirado Shakespeare firmaba rápidamente sus libros para que todos los que estábamos nos lleváramos su firma. Total, quedaba poco para el cierre.
Sin embargo, una cosa que me ha llamado la atención es la ausencia de filas para otros grandes, sin ir más lejos, Enrique Vila-Matas. Apenas algunos curiosos (de esos que se acercan a mirar quién es el autor leyendo el cartelito que tenía delante).
Con Luis García Montero ya me lo esperaba, a pesar de que se ha pasado a la narrativa. Apenas tenía gente delante y por eso mismo se ofrecía a fotografías, a dar besos a diestro y siniestro y a mandarme recuerdos para mi hermana. Todo verídico.
Eloy Moreno fue todo un derroche de simpatía, uno de esos autores que están muy ilusionados y que te preguntan qué te ha parecido su novela. Aún no he podido leerla, pero mi madre se llevó tanto El bolígrafo de gel verde como Lo que encontré debajo del sofá rubricados con su firma.
De camino a la fila de Javier Marías vi un nombre que me llamó la atención. Digo que vi el cartel porque a primera vista no le reconocí. Y es que Manuel Rivas nada tiene que ver con cómo es en directo. Si en las solapas se aprecia un señor serio y mayor, en la realidad es un tipo con pinta de rockero, joven y simpático, que respondía a las preguntas pausadamente. Y como no tenía prisa se dedicaba a firmar con su pluma un precioso dibujo a cada uno de los que allí estábamos. Total, que a pesar de que tenía 4 personas estuvimos allí parados más de veinte minutos. Ahora, qué bonito quedó.
Además de firmar los libros que llevaba, aproveché para adquirir los siguientes:
- El lápiz del carpintero y Las voces bajas, de Manuel Rivas. La verdad es que el primero lleva mucho tiempo en mi lista de pendientes, y aprovechando que estaba el autor decidí comprarlo. Del segundo poco sé. Eso sí, tengo que volver a este autor que Los libros arden mal me gustó mucho.
- 1913. Un año hace cien años, Florian Illies. Recomendación de Atram, y por eso mismo lo he comprado.
- Nobles y rebeldes, Jessica Mitford. Una Mitford, una novedad: ¡me lo tenía que llevar! Después me arrepentí no haber comprado A la caza del amor de su hermana Nancy, o alguno de sus otras novelas, porque sólo he leído Trifulca a la vista.
- Historia y desventuras del desconocido soldado Schlump, Hans Herbert Grimm. Me fascinó la historia de este novela: que la quemaran los nazis, que la única copia que quedó indemne quedara empalada en una pared y que después se rescatara después. Ay. Pensar que la podemos leer ahora me pareció tan poético que sólo por eso me tenía que hacer con él.
No son muchos, pero porque me contuve. Tenía pensado comprar Lolito de Ben Brooks, pero decidí desechar la idea porque no me acaba de convencer. Quizá si hubiera coincidido con el autor habría sido otra cosa, pero ya me pareció suficiente coger estos. Igual me pasó con Un millón de gotas, de Víctor del Árbol que está por todos los sitios. Dudé y al final no lo cogí, pero algunas personas ya le dan un 5/5 en goodreads, así que quién sabe si en mi propia visita a la librería.
Decía mi madre mientras pasábamos de caseta en caseta algo así como no voy a comprar más que tengo cuatro sin leer en casa. Eso debería hacer yo a partir de ahora, porque (sí) los he contado y tengo más de cien sin leer. Cien. Y lo peor: que sigo comprando. Que llegan más y más. Vamos, que el propósito que me hice a principio de este año, de comprar lo menos posible, no se está cumpliendo. Aunque, para qué engañarnos, para eso están los propósitos… ¿verdad?
Namaste.
Yo me he leído A la caza del amor de Nancy y me gustó bastante, no tanto «Amor en clima frío», la verdad. Nada de su hermana Jessica, a la que me gustaría conocer.
Me encanta que un autor pase tiempo con su público, aunque entiendo que lo de la cola es tremendo, pero que llegues ahí y te «despachen» corriendo, es muy triste.
Buenas adquisiciones y en fin… yo no cuento lo que tengo esperándome, porque para qué, si total voy a seguir haciendo lo de siempre.
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Hola! La Feria en fin de semana es la selva, pero yo me lo sigo pasando como una enana de caseta en caseta cargada de libros. Yo si me animé a coger Lolito, a ver que tal porque también tengo mis dudas. Que disfrutes de tus nuevas lecturas.
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A mí también me llamó la atención la ausencia de gente para Vila-Matas… Aunque pensándolo detenidamente y viendo dónde y con quién había colas enormes igual no me sorprende tanto. No sé cómo de frustrante será para él, si que le frustra. Al menos tuve oportunidad de hablar con él y que pusiera la firma «completa» como él mismo dijo, total, no tenía prisa…
De Manuel Rivas tengo la firma, también con dibujo a pluma, muy bonita, de hace unos años. Es verdad que yo no me lo esperaba tan joven, muy agradable.
De la cola de Almudena Grandes desistí, iba con el tiempo justo, fruto de una negociación 🙂 Me traje una pila de libros, yo no me contuve :S Entre ellos el de Jessica Mitford. Y no, no voy a contar los libros que tengo en casa sin leer, que seguro me deprimo 😉
Besos
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No quiero parecer demasiado condescendiente, pero me ha encantado este blog.
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Loque:Sí, «A la caza del amor» lo tenía en mente.
Es inevitable si tienen sólo dos horas y 300 personas esperando, creo yo… pero bueno, ya digo que es la primera vez que voy de este modo a la Feria del Libro.
Poco a poco seguimos leyendo…
Crisq: por eso no lo cogí, me dio en la nariz que se trata de un fenómeno temporal, y creo que para eso lo puedo tomar prestado de la biblioteca… lo mismo me equivoco, no sé, pero tampoco tengo el bolsillo como para dudar al comprar un libro. ¡Ya me contarás!
Ana: ¡si lo sé te habría colado en mi fila! ¿Organizamos una lectura conjunta del libro de Jessica Mitford? Podría ser una buena idea para este verano…
Vila-Matas… lo tengo aún pendiente. Sé que no tengo perdón… 😦
Novela policíaca: gracias, me alegro que te guste.
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