Bazar, Literatura

Yo confieso


Este post nació (cómo no) de una conversación en twitter a raíz del la visión distinta que tenemos de El palacio de la Luna de Paul Auster.

Comentaba Karo que se sentía tonta, que a todo el mundo le gustaba menos a ella (a mí con reparos, como ya pudisteis leer entonces).

A partir de ahí estuve dándole al magín. Porque lo que sentía Karo es común. ¿Quién no se ha sentido estúpido al aburrirse con un libro de un autor aclamado? ¿Quién no ha pensado que se ha perdido mucho en la lectura porque no hemos llegado a entender lo que vieron los demás? ¿Quién no ha dudado de su propio parecer? ¿Quién se ha callado alguna vez su opinión por miedo a quedar como un ignorante? Pues hoy es un buen día para salir del armario. Para confesarse a uno mismo y a los demás qué es lo que pasa realmente por la cabeza cuando terminamos un libro, sea el que sea.

¡Tampoco es para poner esa cara, padre!
¡Tampoco es para poner esa cara, padre!

Yo confieso que Pío Baroja me pareció un aburrimiento. Que terminé El árbol de la ciencia por terminarlo, que no vi la magia por ningún lado. Que ese señor me pareció un pesado.

Yo confieso que El guardián entre el centeno no me pareció merecedor de ningún elogio. Simplemente era una historia más. Sosa y llana. Y ya que estamos, confieso también que le dediqué una entrada en la que le ponía bastante bien. Pero confieso que tuvieron que ver dos cosas: la primera, que el autor acababa de morir. La segunda, que estaba convencida de que me había perdido algo que los demás sí vieron. Ahora eso ya no lo tengo tan claro. (Carne de relectura, lo sé).

Yo confieso que no llegué ni a la mitad del Ulises de Joyce. Y que muchas cosas no las entendí.

Yo confieso que me aburrí leyendo El conde de Montecristo. Pero que, cuando iba llegando al final maduró todo lo que había leído antes y vi la magnificencia de la obra.

Yo confieso que nunca me había planteado leer El Quijote hasta que me lo regalaron por mi cumpleaños. Ahora me lo planteo pero yo misma sé que no me apetece nada de nada.

Yo confieso que un día cogí En busca del tiempo perdido de Proust y no pasé de la primera página. Tuve miedo.

Yo confieso que me lo he pasado muy bien con las Crónicas Vampíricas de Anne Rice. Eso sí, hasta que a la mujer se le fue la olla y empezó a desvariar con Dios, los ángeles y los arcángeles.

Yo confieso que compré un libro de Paul Valéry pensando que El cementerio marino era una novela de miedo. Me sorprendió ya no sólo que no fuera de miedo, sino que además no era ni una novela.

Yo confieso que Punto omega, de Don Delillo y Ventajas de viajar en tren, de Antonio Orejudo me parecieron unas novelas raras de narices. Que cerré los libros y no sabía cómo narices iba a escribir una reseña de algo que seguramente no había entendido.

Yo confieso que La peste de Albert Camus me aburrió como una ostra. Aún no sé qué vieron los demás que yo no vi.

Y vosotros, ¿tenéis algo que confesar?

Namaste.

21 comentarios en “Yo confieso”

  1. Gran post, oiga. Yo no confieso nada porque mis reseñas son muy sinceras. Si me gusta una cosa, lo digo, y si no, también. A mi tampoco me pareció para tanto «El guardián entre el centeno» y no me sentí tonta (constancia queda de ello en mi blog). Creo que el libro está bien pero simplemente ha envejecido mal, ya no impresiona. No es que no me gustara, pero no me pareció taaaan grande. Y del Quijote llegué hasta la página 55 y cerré el libro espantada pero no me avergüenza decirlo. Me cansa ese lenguaje. Y hay que ver lo mucho que se va por las ramas Oscar Wilde en «El retrato de Dorian Gray» para contar cuatro cosas. Le quitaría cien páginas a ese libro. Eso si que no lo había dicho nunca. Fue una lectura muy pesada. Y de momento no se me ocurre nada más, pero tu post me ha encantado. Que Montgomery Clift ponga la cara que quiera, pero viva la sinceridad, jaja!

    ¡Saludos!

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  2. jaja me encanta el post! Pues muy bien por confesar y tener opinión propia. A mí «El guardián…» me encantó, pero por ejemplo «La conjura de los necios», «Rayuela», «Pedro Páramo»… no pude, no gustaron demasiado. Mi novio tampoco ha podido con «La peste» ni con Proust; él llegó a la pág. 10 jaja
    Y yo por ejemplo he dejado muchos libros, por ejemplo «2666» de Bolaño, «Un mundo feliz» por la angustia que me causaba o «Los subterráneos» de Kerouac, 2 veces abandonado.
    En fin, que también está bien que no nos guste a todos lo mismo, besos.

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  3. Pues..no sé si es una confesión pero puede ir por esa línea. Recientemente, he leído «The sense of the ending» de Barnes, galardonado con el premio Men Booker 2011. La novela deja en el aire un interrogante fuerte y extremamente inquietante. Sin embargo, también ha resultado ser una lectura demasiado monótona, en que ni siquiera con los personajes se establece alguna empatía.

    Por lo demás, podría hablar de un obra de muchísima importancia en la historia de la literatura portuguesa, que te obligan a leer en el instituto. Hablo de «Os maias» de Eça de Quéiros, que se me ha quedado a la mitad. Ahora bien, muchas personas que lo leyeron algunos años más tarde no dejan de aclamar sus cualidades. Al mejor me falta un relectura.

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  4. Ufff mi madre, si empiezo a confesar no acabo. Para empezar, leí El Principito en 8 de EGB y lo odié. No he vuelto ni ha intentarlo. Jamás entenderé qué le ve la gente. También me tocó leer Crónica de una muerte anunciada (Gabriel García Márquez) y dije «nunca mais». Menuda tortura de libro. Creo que por su culpa directamente evito autores sudamericanos. En serio, es oír su nombre y me entra repelús. Podría llenar un post como tú pero creo que con mis dos grandes delitos ya hay suficiente para que me encierren xDDDD

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  5. Yo confieso que intenté leer «El asedio» de Pérez-Reverte y lo tuve que abandonar por la mitad. Le he cogido tirria a sus libros, ni los famosos libros d Alatriste me llaman la atención.

    También comencé a leer «Viaje al amor» de Punset, y me pareció como el propio Punset y sus documentales: soporífero.

    Me dejo muchos mas, pero estos son los que mas me ha marcado.

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  6. Yo confieso -aunque no es la primera vez que lo hago- que me encantó El Código Da Vinci, que no me gusta Vargas Llosa y que soy fan de las novelas de Highlanders.

    :mrgreen:

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  7. Me uno a tus confesiones de «El guardián entre el centeno» y Pío Baroja. Leí «Zalacaín, el aventurero» y me quedé como antes de empezarlo. Pero ¿cómo podía ser que me pasara con Pío Baroja? Insistí con «El árbol de la ciencia» e ídem de ídem. ¡Se acabó Pío Baroja!
    Con J. Caro Baroja fui más tajante. No pude terminar sus «Falsificaciones de la historia», es tanto o más aburrido escribiendo que hablando, que ya es decir. Me duermo.

    «Los renglones torcidos de Dios», infumable, como se dice ahora.
    «La maravillosa vida breve de Óscar Wao», bueno, sin exagerar. Esperaba más de un premio Politzer.

    Hay más pero no me acuerdo. Cada vez me engancho más a lo clásico, que no me defrauda. Yo no me preocuparía porque no puedas con «El Quijote» o Proust… ya los leerás. En última instancia, el impulso lector viene de muy adentro y hay que seguirlo en este camino de libros.

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  8. Yo confieso que no fui capaz de terminarme «El Péndulo de Foucault» de Umberto Eco, porque me pareció infumable.

    Que los «Cuentos de la Alhambra» de Washington Irving se me hicieron eternos y soporíferos a partir del tercero o el cuarto.

    Confieso que no me quedó absolutamente ninguna gana de volver a acercarme a menos de cuatrocientos metros de Murakami si no era armado con un palo para mantener las distancias después de leer «Kafka en la Orilla».

    Que «Otra Vuelta de Tuerca» de Henry James, considerado uno de los clásicos indiscutibles del terror, me pareció más que discutible.

    Que aunque lo he intentado varias veces, no he sido capaz de leerme «La Ilíada» ni «La Odisea» enteros.

    Que no me pude terminar el primer capítulo de «El Silmarillion».

    Que «La Divina Comedia» está en la estantería de casa mirándome con ojitos de pena, pero no me atrevo ni a abrirla.

    Que los cómics de Tintín me parecen una mierda. Yo siempre he sido más de Astérix y Obélix.

    Que hace una semana me terminé «La Carretera» de Cormac McCarthy y me esperaba muchísimo más.

    Y que sí, yo también me leí «El Código DaVinci» en tres días, y me pareció de lo más entretenido.

    Pero el «Ulises» de Joyce lo tengo en la estantería de casa, y me lo pienso leer, vaya que sí.

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  9. Yo confieso que… El Palacio de la Luna, ya sabes mi opinión, pero reitero aquí que me parece una novela monumental. Tiene mucha chicha y no me aburrió las dos veces que la leí.
    Confieso que muchos que habéis comentado aquí me gustan, me han fascinado (Punto Omega, Ventajas de Viajar en Tren (este lo leí hace diez años…), 2666, El guardián entre el centeno que también he leído dos veces…, La conjura de los necios…) y otros tampoco los he leído aún: El Quijote por ejemplo me da mucha pereza y Proust lo mismo.
    Al final uno debe leer lo que le apetece, y cada uno en su interior ya sabe lo que siente, no es necesario mentir ni seguir la corriente de los que creemos más sabios.
    Ahí va mi verdadera confesión: 1Q84 a pesar de que está escrito por Murakami, uno de mis escritores favoritos, me decepcionó mucho. El primer y segundo libro no están mal, incluso en conjunto la historia no está mal. Pero el tercer libro es lo más insípido y reiterativo que he leído jamás. Parece un libro escrito para niños de 7 años a los que les deben ir explicando todo varias veces para que les quede claro. En fin, que había mucha paja, sobran muchas páginas y éste sí es de verdad un libro aburrido.

    Besotes y a lo tuyo, a disfrutar de las lecturas y aparcar lo que no entra

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  10. Me ha encantado esta entrada, ¡jajaja! Anda que no me ha pasado veces, eso de sentirme idiota…

    Pues… a ver, es que tengo muy mala memoria, pero así a bote pronto:

    – Me aburrí leyendo Moby Dick y lo dejé ahí medio empezado.
    – No me gusta nada de nada Galdós, me parece muy denso y muy pesado en comparación con otros autores de la época, también costumbristas (o realistas, o como leches se llame el movimiento).
    – Odié a muerte La familia de Pascual Duarte, de Cela. No he vuelto a repetir con el autor y dudo muy mucho que lo haga.
    – Me divertí leyendo la saga Crepúsculo, aunque sé que es una chorrada y hay novelas de vampiros mucho mejores, pero me encantó.
    – Me encanta leer chick-lit, aunque no sea un género muy allá, según qué autoras son para mí una apuesta segura.
    – A mí también me encantó El código Da Vinci, también me lo leí en dos-tres días y lo disfruté mucho.

    Ahora mismo no se me ocurre nada más… pero bueno, está bien

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  11. Gente que manda comentarios sin terminar!! Esa soy yo, jaja! Bueno, eso, que está bien que «salgas del armario», que hay que confesar estas cosas, aunque sea para compartir nuestros más terribles secretos literarios.

    ¡Besines!

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  12. Yo confieso que no tengo nada que confesar, jajaja, de momento, así de reseca me pillas ahora, Laura (supongo que es que como todoavía no he hecho esas intentonas que comentas, como leer a Joyce, a Proust o al Cervantes,,,, ).
    Pero me encanta esta entrada. Ahora no se me ocurre nada, pero me vendré a este confesionario cuando lo necesite. Bien podrías poner esta entrada en un lateral con una imagen del confesionario para que podamos venir a dejar nuestras verdades y otros puedan consolarse, y a la vez nosotros podamos consolarnos. jajaja. ¡muy divertida eres!

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  13. Me ha encantado tu entrada. Me uno a las que a veces se sienten idiotas por no entender o disfrutar un libro.
    Yo confieso que nunca he leído el Quijote. Y pese a ello saqué un notable en literatura sobre ese libro. Lo empecé, me aburrió sobremanera y descubrí (oh, ahí me vino Dios a ver) en casa de mi abuela un librito de unas cien páginas que se llamaba «Aproximación al Quijote», en el que te daba las claves de la obra e incluso incluía los pasajes más importantes. Fue ese el que leí y con el que conseguí engañar al profesor. No me arrepiento.
    Confieso que me encanta el chik-lit y los thrillers, son libros que no me hacen pensar y con los que me lo paso pipa. También me gustó el Código Da Vinci (y lo leí antes del boom).
    Confieso que me da miedo leer el Ulises de Joyce precisamente porque no me gusta que un libro me haga sentir idiota.
    Y aunque algunos de los títulos que mencionan ahí arriba sí que me han encantado (La conjura de los necios, por ejemplo, o los renglones torcidos de dios), no me he acercado nunca a Proust, no me gusta Cela (leí una obra suya y casi me muero), y me empecé El Hobbit y lo dejé a la tercera página por soporífero.
    Creo que con el primer delito ya me encierran, espero que mi profesor de literatura jamás se entere de esto…
    Besos!!

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  14. Confieso que leo libros leves intercalados con literatura, por ejemplo los personajes de los últimos 5 que leí 4 fallecen por enfermedad y 1 se suicida, entonces leí Contra el viento del norte y encima Cada 7 olas, confieso que Emmi me pareció histérica, y al final me puse de mal humor!
    Confieso que si fuera la madre de Caulfield lo mandaría a trabajar… al campo!
    Confieso que leí el Código Da Vinci! me había olvidado, confieso que me resultó mucho mas creíble que el discurso de la iglesia católica.
    Confieso que Moby Dick, Ulises, En busca del tiempo perdido, Los miserables juntan polvo en mi bibloteca y no los pienso sacudir al menos este año.
    Confieso que nunca pude terminar 100 años de soledad, porque aunque me haga un árbol genealógico me empiezan a marear los Buendía y allá lo mando con los demás empolvados…
    Confieso que lo peor del año pasado fue El bolígrafo de gel verde y lo obvié por temor a que me linchen. Virtualmente.
    Confieso que a veces veo la película antes que el libro (si es de un desconocido con demasiadas buenas referencias) y si me gusta voy por la novela aunque me cuesta horrores arrancarles los rostros impuestos y ponerles los míos.
    ¡Me encantó tu entrada!
    Besos.

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  15. ja ja ja me ha parecido muy divertida esta entrada y muy valiente, es verdad que todos tenemos que confesar y mucho, libros clásicos o imprescindibles que no entran ni con calzador. Qué pena que no hayas disfrutado de algunos libros que nombras que a mí me parecieron increíbles, especialmente El guardián… ¡mi libro favorito! aunque reconozco que lo es por motivos personales, lo leí con 14 años y me tocó mucho más que si lo hubiese leído digamos con 20. Muchos besos

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  16. Confieso que It, de Stephen King me tuvo pegada a sus páginas 3 noches en las que no dormí más de 2 o 3 horas, con 16 años y el final me pareció una tremenda chorrada. No lo recuerdo, pero sí la sensación de que no había merecido la pena. Con el tiempo vi que si, que el final no hace al libro, pero recuerdo el chasco como uno de los mayores de mi vida lectora.
    Confieso que no he leído ni uno de los grandes clásicos juveniles: ni a Julio Verne, ni Moby Dick, ni Tom Sawyer, ni nada parecido. No me interesaban ni lo más mínimo en la época que deberían haberme interesado.
    Confieso que estuve unos 5 años sin leer más de 1 o 2 libros por año, por una tremenda crisis lectora, pero que me ha ayudado a valorar más lo que leo.
    Confieso que Los papeles póstumos del Club Pickwick me costó un mundo y medio leerlo, y aunque me gustó, sentí que me había perdido parte del argumento por lo que me costó leerlo.
    Confieso que cuando me obligaron a leer el Quijote y Crimen y Castigo casi me echo a llorar, y ambos libros marcaron un momento de mi vida por lo enormes que son los dos.
    Confieso que pasé verdadero miedo con Drácula, de Bram Stoker. Y me costaba mucho dormir mientras lo leí.
    Confieso que Cien años de soledad es el libro que más me ha costado leer en la vida, que finalmente me encantó, pero que no recuerdo absolutamente nada del argumento.
    Confieso que la trilogía Millenium, así en general, me parece una mierda. Me parece increíble que libros tan simplones hayan tenido tal acogida y fama con las maravillosas novelas negras que hay por el mundo.
    Confieso que 2666 de Bolaño no lo entendí del todo y me pareció muy decepcionante a pesar de la gran fama del autor. Bolaño no es para mi.

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  17. Hola!!!!! Algo que nunca les he dicho a mis hijos es que no soporto los libros de Geronimo Stilton, encuentro al ratón el colmo de la repelencia.
    Confieso también que no entendí algunos trozos de «La montaña mágica» ( aunque tampoco me he escondido nunca), que «Crepúsculo» no pude acabarlo, la prota me cayó fatal, y el libro bastante soso, unas cuantas escenas un poco subiditas y hubiera ganado puntos pero de tan mojigata que me pareció la abandoné.
    Confieso que en «El niño del pijama de rallas» tanta inocencia me pareció un insulto al lector y en general a la sociedad que vivió el holocausto.
    Y bueno nada más, me ha parecido muy interesante este post y me ha gustado mucho leer los comentarios de los demás, con algunas afirmaciones estoy muy de acuerdo!! Un abrazo!!

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  18. ¡esta entrada está maravillosa!
    a ver…¿qué puedo confesar? el año pasado dejé empezado Sidharta, de Hesse. No pude con él.
    Y dejé comenzado otro de Auster porque no me estaba gustando.
    Seda de Barico no me gustó.
    Dejé otro de Vargas Llosa a las 20 paginas (creo que era el Elogio de una madrastra)
    Me uno con Perkins, no soporto a Geronimo Stilton.
    Confieso que había comenzado el retrato de Dorian Grey, y que me estaba aburriendo, pero después de leer una reseña de Ascen y otros comentarios, voy a pasar olímpicamente de él.
    creo que podría confesar más pero eso es lo que viene ahora a mi cabeza….
    ahhh y Saramago, no terminé tampoco el viaje del elefante porque me aburría una barbaridad 😉

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  19. Uy, esto te va a costar una laaarga penitencia, eh? Propondría que leyeras tres veces -consecutivas, a ser posible- el «Ulises» de Joyce y al menos una los siete tomos de «En busca del tiempo perdido». 😉 Bromas aparte, se agradece la habitual humildad y sinceridad. Lo de Valèry me ha hecho gracia -yo confieso-. El Quijote es un libro muy chulo pero hay que leerlo en su momento. Sinceramente, sin las clases de filología recibidas igual se me hubiera hecho eterno. Y puestos a confesar, yo confieso que «Sobre héroes y tumbas» se me atragantó, que ni «El gran Gatsby» de Scott Fitzgerald, ni «La carretera» de McCarthy ni «Nunca me abandones» de Ishiguro me parecieron nada del otro mundo. A ver, qué más conductas pecaminosas… No muchas, la verdad. El Ulises aún no me he puesto con él, y tampoco con Proust. Espero aún el momento adecuado, que muchas veces es lo que hace que un libro nos guste o no, o se nos atragante o no le saquemos partido.

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  20. En la biografía de Gabriel García Márquez leí que no había podido con «El Quijote» hasta que empezó a llevárselo al cuarto de baño. Allí lo fue leyendo poco a poco (claro), cada día una aventura, y al final se hizo admirador acérrimo de la obra (y ya era capaz de leerla tranquilamente sentado en el sofá :). Recuerdo que, a los que no pudieran con el Quijote, García Márquez les recomendaba que siguieran su mismo método. Yo me lo leí y me gustó, pero fue en una época en que estuve de baja médica cuatro meses y tenía tooooodo el tiempo del mundo.

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