Literatura, Reseñas

Tomates verdes fritos

Hoy cambio radicalmente de estilo de libro y os voy a comentar éste.

Se trata de Tomates verdes fritos en el café de Whistle Stop. No he visto la película, y por ello no tenía ninguna impresión antes de coger el libro.

Portada del libro
Portada del libro

La novela trata, paralelamente, de dos situaciones: la de Whistle Stop, una cafetería ubicada en la más profunda Alabama de la época de 1930 y siguientes.
Por otro lado, en la época de 1986, en concreto la situación de una anciana que conoció a todos los personajes de la cafetería y le narra lo que vio a una cincuentona que se topa con ella al visitar a su suegra.

En la cafetería antes mencionada se agolpan muchas personas: temporeros negros, las dueñas de la cafetería, huérfanos… las descripciones no son demasiadas, pero a pesar de que los personajes no son muy profundos, no se hacen simples ni planos. Además se nos narran las penalidades que se sufrieron durante la Gran Depresión, el racismo de la época y la pobreza.

En la época de 1986 (la actual en la época que se escribió), la anciana echa de menos aquel tiempo, en el que a pesar de que no tenían nada, las personas se preocupaban las unas de las otras, como si una gran familia se tratase, aún existiendo diferencias en el color de la piel, la religión y en el carácter. La cincuentona que la escucha es todo un personaje: alguien que vivió según le dictaban las normas sociales y que se da cuenta que su vida ha pasado sin que se enterara: que está casada con un holgazán al que apenas quiere y que no ha hecho jamás nada por su propia voluntad. Aquí os dejo una descripción para que os hagáis una idea:

“De jovencita se había mantenido virgen para que no la llamasen putón; se había casado para que no la llamasen solterona; había fingido orgasmos para que no la llamasen frígida; había tenido hijos para que no la llamasen estéril; no se había hecho feminista para que no dijesen que odiaba a los hombres ni la llamasen tortillera; y nunca se había sulfurado ni levantado la voz para que no la llamasen arpía…”

 

En resumen, un buen libro para leer en verano, para alternar con otros más densos y largos, que se lee con facilidad y casi de corrido, que te hace sonreír de vez en cuando.

 

FICHA:

 

Te gustará si te gustó
  • La casa gris, de Josefina Aldecoa.
  • Las normas de la casa de la sidra, de John Irving.
Pros
  • Historia entretenida.
  • Personajes interesantes.
Contras
  • Escasas descripciones.
  • Poca profundidad.

 

Esto es todo por hoy. Namaste.