Actualidad, Económica

El caso de Japón

Como os prometí hablar de economía, cumplo con mi promesa.

Mapa de JapónJapón, la tercera economía del mundo, ha sido objeto de estudio en muchos campos, y la economía es uno de ellos.

Sólo con mencionar la revolución Meiji ya convendréis conmigo en que no se trata de un país cualquiera, porque pasar en pocas décadas de un Estado feudal a una de las economías más importantes del mundo es, cuanto menos, peculiar.

Actualmente, Japón es un país puntero en mercados como el del automóvil, electrónica, transporte…

El motivo es claro: mientras que otras empresas se obcecan en “hacer lo que siempre han hecho” (y si no, que se lo digan a GM), las organizaciones japonesas lo hacen al contrario. Se preguntan qué quieren los consumidores y lo consiguen. Por eso, si os fijáis, los coches japoneses son pequeños, manejables y de ciudad, como es la mayoría de las personas. Por contra, los coches estadounidenses son grandes, consumen más gasolina pero eso sí, son perfectos para desplazarse por el rancho de Texas. Si además miramos el precio ya ni os cuento…

La forma de llegar a esto es clara: la investigación, el desarrollo y la innovación. Si a esto le unimos una estructura organizativa que lo fomenta (“toyotismo”), unos trabajadores motivados y adoctrinados por la empresa… llegamos a una conclusión clara: ¿cómo nos van a llevarse la cuota de mercado?

Sin embargo, y como no todo el monte es orégano, Japón también ha tenido (y tiene) problemas. Centrándonos en los económicos, destacaré los siguientes:

1. Endeudamiento del país.

¿Cómo un país como Japón tiene un endeudamiento del 200%?

Aunque no se diga (y menos en estos días), crisis ha habido muchas, muy variadas y con distintos orígenes. Japón pasó una muy parecida al crack del 29 de Estados Unidos. Sin embargo, el Estado Japonés no dejó que la Bolsa cayera y para ello, invirtió millones de yenes en frenar la caída. Desde entonces, Japón arrastra altos niveles de endeudamiento derivado de aquél hecho. Siempre es mejor endeudarse que dejar que el país se hunda, ¿no creéis?

2. El fenómeno de la deflación.

¿Qué es la deflación?

Es lo contrario de la inflación. Es decir, la inflación supone que los precios aumentan. Para que lo veáis claro, os lo explico con un ejemplo. Hoy la barra de pan vale un euro. Con inflación mañana costará 1,20 € (aunque si fuera un abono de 10 del metro de Madrid pasaría de 7,40 a 9 euros, cómo se nota que la Espe no va en metro…), sin embargo, con la deflación mañana costaría 0,80 €.

¿Por qué es mala la deflación?

Porque disminuye el consumo, y eso hace que se pare la economía. Extrapolemos el ejemplo anterior a todas los productos: me quiero comprar un coche: hoy vale 10.000 euros, pero mañana sé que costará menos… así que lo más racional es esperarse el mayor tiempo posible. Y si todo el mundo se comporta racionalmente, la economía se para.

Además, la deflación es más difícil de frenar, ya que crea un círculo vicioso del que es difícil salir.

3. La peculiar forma de hacer huelga

¿Por qué las huelgas en Japón se basan en la sobreproducción?

Aunque nos pueda parecer incongruente, para los trabajadores es una gran forma de presión. Esto se debe a que en Japón, al tener un territorio pequeño, la existencias han de estar siempre medidas, ya que tratan de reducir sus costes de almacenaje. Para la empresa el hecho de que los trabajadores produzcan el doble significa más mercancías para almacenar, más coste derivado de ello y además, un incremento de los costes de control de calidad.

Por supuesto, si extrapolamos este tipo de huelgas a Europa o a Estados Unidos, la patronal no haría más que dar palmas con las orejas.

Esto es todo por hoy. Gracias por los comentarios, sugerencias y recomendaciones.

Namaste.