Fin de año, llega hacer balance. Hoy os dejo por aquí los libros que menos me han gustado este año, además de un abandono:
Abandonos:
- Justine, de Lawrence Durrell. Lo empecé una vez, dejándolo de lado tanto tiempo que decidí darle una segunda oportunidad, y lo empecé de nuevo. Su lectura me pareció densa pero sobre todo, tenía la perenne sensación de que no me interesaba demasiado la historia o de que no me estaba enterando por la cantidad de personajes que tiene la novela. Me da mucha rabia porque he leído críticas fantásticas de él y porque tengo el cuarteto de Alejandría en el estante. No descarto darle otra oportunidad en el futuro.
Despellejes:
- Los pacientes del doctor García, Almudena Grandes. Un libro denso, muy largo y con mucha paja, demasiados personajes y un exceso constante en trama y estilo. Le han dado el Premio Nacional de Narrativa así que seré yo la única que no ve por dónde cogerlo.
Decepciones:
- El año del verano que nunca llegó, William Ospina. No sé si tuvo que ver con su orden de lectura, porque lo leí tras otras lecturas que me gustaron mucho, o que al libro le falta algo de orden y sentido, al menos para mí. Esperaba mucho más, la verdad.
- Una princesa en Berlín,Arthur R.G. Solmssen. Estaba claro que esperaba otra cosa muy diferente, o quizá lo habría apreciado si lo hubiera leído antes de leer a Sinclair. Como sea, un libro que se me hizo aburrido.
- La mirada de los peces, Sergio del Molino. Aunque el inicio y los temas que trata me parecieron interesantes, posteriormente me pareció que el libro perdía fuelle o bien que el hilo de la trama iba dando bandazos. Quizá al tener como precedente La España vacía pensaba que me iba a encontrar otra cosa.
Y vosotros, ¿habéis abandonado muchos libros? Admito que antes tenía más reparos en dejar un libro a medias, pero creo que es la clase de cosa que se cura con la edad…
Como siempre, dejo lo mejor para el final y os emplazo a la siguiente entrada con lo mejor que he leído este año.
Namaste.
¡Qué pena que no le hayas cogido el punto a «Una princesa en Berlín»!
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No sé, quizá haber leído tantos libros ambientados en esa época tampoco ayude…
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