Este libro es uno de los que tenía pendientes hace un tiempo. Lo primero, porque Manu Leguineche vive en mi pueblo y no había leído nada de él. Lo segundo, porque fue una reseña del blog de Teresa la que me hizo pensar que era el momento y el libro adecuado.
Así que aquí está la reseña que le corresponde. Se trata de un libro dividido en capítulos muy cortos, apenas anécdotas. Algunos son un par de párrafos, aunque en los más largos el autor puede extenderse hasta cuatro o cinco páginas. Los temas son variados: desde episodios domésticos (sobre su gata Muki, o su pato Toribio) hasta recuerdos de su época en la que fue corresponsal de guerra en Asia o en Oriente Próximo.

La mezcla entre ambos extremos lo hacen un libro singular. De un lado, la vida apacible en Brihuega, un pueblo de la alcarria; y de otro, las conversaciones con grandes figuras literarias o políticas. En muchos casos incluso mezcla unas situaciones con otras, y eso aporta mucha más calidad al relato.
Además, hay determinadas frases que te atrapan:
En todos los pueblos hay un tonto y una torre.
El exceso de información confunde las mentes y estraga la curiosidad.
Ya no sólo eso, si, como yo, vives o has vivido en Brihuega, habrá episodios que te recordarán muchas cosas, como el siguiente que trata sobre el cierre de La Taurina, uno de los bares más emblemáticos del pueblo:
Réquiem por una taberna alcarreña. Jesús Letón cierra La Taurina. (…) Los carteles taurinos colgaban a todo lo largo, entre ellos el pasquín de la inauguración de la plaza de Brihuega, La Muralla, con el Cordobés, Paco Camino y Andrés Hernando en 1965. (…)
Las banquetas para jugar a los naipes eran espartanas, incómodas, pero eso mismo evitaba que te quedaras dormido, como le ocurría con frecuencia, en otros escenarios, a un amigo nuestro más adicionado a las faldas y a las copas que a los naipes de Fournier. La historia de Brihuega de los últimos casi cincuenta años se puede contar desde esa taberna. Con más o menos la misma o parecida temperatura en invierno como en verano gozaba de un microclima excepcional. La estufa de leña era una caldera en ebullición.
(…)
A veces te ganaba la sensación de sopor o la dicha de estar triste. Castilla, que no La Mancha, parece en ocasiones haber perdido la reserva de ingenuidad, el ímpetu imperial. Ésa es la sensación que tenía algunos días en la penumbra de La Taurina.
Manu Leguineche aporta mucho a que el libro deje un dulce sabor de boca: se trata de una conversación con un sabio, con una persona que ha sabido captar lo mejor de la vida y sintetizarlo en un libro de apenas 350 páginas, transmitiendo la pasión por la vida y la verdad que él mismo siente. Es una novela que invita a sonreír y aprovechar el escaso tiempo que tenemos, ya sea contemplando un paisaje, leyendo un libro o charlando con un amigo.
Por cierto, Manu, si algún día lees estas líneas, tienes mi apoyo y mi voto para declarar Brihuega “la capital mundial del silencio”. Nunca me han gustado los petardos…
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Gracias por los comentarios y visitas.
Namaste.
Ya me hablaste de este libro, y, como no, estaba esperando su crítica… La verdad es que supongo que leer un libro de un paisano que describe el sitio donde has crecido, pues siempre debe ser especial… Las pocas frases que pones del libro me han gustado, creo que tiene buen estilo… y pienso que el hecho de que los capítulos sean cortos y no tengan un hilo claro, en el caso de un libro de estas características (corto y de vivencias propias) hacen que sea más fácil de leer, ya que no tienes que recordar capítulos anteriores y te lo puedes leer «a trozos». Vamos, que me recuerda a las historias que nos cuentan nuestros abuelos cada vez que vamos a visitarlos…
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¿por qué es un «contra» el que no tenga hilo conductor?
Que no tenga hilo conductor puede ser necesario según lo que estés escribiendo, ¿no crees?, de hecho puede hacer la historia más interesante.
Sinceramente tengo ganas de leerlo, lo que pones aqui es más o menos lo mismo que me contaste en el sofá de casa jajaja, leer estas palabras me ha recordado a ese día.
Este me lo apunto.
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Estoy de acuerdo con JL en algunos aspectos que ha destacado, como la facilidad de leerlo al no tener un hilo o el poder reconocer con facilidad aspectos que también han estado, de alguna manera, presentes en tu propia experiencia (y no digamos si es en tu mismo pueblo).
Algo que me ha parecido curioso en tu análisis ha sido la cita en la que dictas «[…]Castilla, que no La Mancha,[…]» ¿Se pueden percibir ciertas opiniones personales acerca del tema o sólo ha sido casualidad?
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JL: efectivamente describes muy bien el libro sin haberlo leído. Que sea de fragmentos cortos lo hace más fácil de leer… pero también es más fácil abandonarlo temporalmente en favor de un libro que enganche más.
Niebla espesa: creo que tu pregunta se responde leyendo lo que le he dicho a JL. Es malo hasta cierto punto, y es bueno hasta cierto punto. Actualmente ando leyendo varios libros a la vez. El otro (de próxima publicación, claro) estaba muy interesante y dediqué más ratos a aquél que al de Leguineche.
Te va a encantar el capítulo de La Taurina. ¡Es genial ver reflejado tal y como lo recuerdas un lugar como ese! Gracias por decirlo. Cuando en el futuro me preguntes por el título me será más fácil recordar que fue este el que pensabas leer (te servirá anobii para ello, apúntalo en tu lista de deseos).
Domingo: ¡qué bueno verte de nuevo por aquí tras un período de prolongada ausencia!
Sobre tu comentario, y por no repetirme, responderé a tu pregunta. ¿Ciertas opiniones personales? ¿¿Dónde?? ¡Sólo me he limitado a transcribir lo que Leguineche dice en su libro! ¿Cómo puedes insinuar que yo incluyo algo que yo pienso? ¡¡Muy mal!! ¡Todo el mundo sabe que la casualidad existe (o eso dicen…) y eso es precisamente lo que ocurre aquí! :p
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Hola, vengo entrando esporádicamente en este blog y nunca me he atrevido a poner un comentario, pero creo que es el momento de escribir unas líneas, decirte que me has animado para leer este libro y que será seguramente el próximo que lea.
Por otro lado animarte en tu labor y darte la enorabuena por la sencillez y claridad de tus comentarios.
Sigue en esta línea.
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¡Bienvenido coala! Espero que este comentario sea el primero de muchos. Me ha alegrado mucho que te animes a leer el libro, ya me contarás que te parece.
¡Gracias por tu comentario! 🙂
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Compré este libro hace dos años por dos cosas: el título, estaba segura que quería formar parte de ese club si otros miembros de honor eran una gata y un pato y el autor, por supuesto. Lo leí de seguido, disfrutando con el cariño que destilaban los comentarios cariñosos y divertidos sobre la gata Muki. Recuerdo especialmente uno en el que dice que Muki se pasea por encima del teclado y Leguineche transcribe literalmente lo que sale escrito para decir a continuación que es de las cosas más inteligentes que se han escrito. Delicioso, delicado y precioso.
Tengo muchas ganas de conocer Brihuega; envidio a Manuel por vivir ahí y haberse convertido en un paisano más, por describir con tanta sensibilidad a las gentes anónimas y a la vez tan importantes, filósofos cotidianos cargados de sabiduría.
¿Que ha sido de la gata Muki? Del pato Toribio leí algo en internet que decía que se había ido a mejor vida. Yo tengo una gata literaria, Chispa, que me acompaña cuando leo y que algún sueño se echó sobre el libro de Leguineche. Tambíen tengo una pareja de patos que ya llevan conmigo más de cinco años y de estas les tengo que arreglar la jubilación.
Lo dicho, que quiero ir a Brihuega, sin pretenderlo (o quizás si), nos ha hecho parte de ese club.
Saludos desde este lado del Duero.
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¡Bienvenida Marian! Efectivamente el libro se disfruta por el tipo de comentarios que nos ofrece Manu. Vaya, no sabía qué había ocurrido con Toribio… qué pena. Sin embargo, por lo que sé Muki sigue viva y coleando por allí. 🙂
Te invito a visitar Brihuega (es el momento de hacer patria :)), siempre podrás venir un puente. Está bien conectada. (Para más información, pincha en http://www.brihuega.org) Ya me contarás si vas.
Yo también tengo varios gatos literarios… la verdad es que es un placer leer teniendo a un gato en las piernas… es algo taaan confortable…
Saludos y espero que sigas comentando por aquí.
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