El otro día estuve buscando un libro de Madeleine L´Engle, y como sabía que en el pasado leí algo de ella, me puse a pensar en los libros que leí en esa época (más o menos cuando tenía 14 años).

El primero que me vino a la mente fue Los escarabajos vuelan al atardecer, de Maria Gripe, que recuerdo que me lo recomendó Niebla Espesa. Haciendo memoria sé que era un libro de misterio, donde un grupo de chavales trataban de conocer lo que se escondía tras una planta rara y una caja de recuerdos. Me gustó bastante pero no recuerdo mucho más.
De la misma autora leí Agnes Cecilia, y me encantó. Era un libro que trataba sobre un misterio de fantasmas, algo así como si se pudiera franquear la barrera entre el presente y un pasado de hacía décadas, debido al fantasma de una niña que se quedaba atrapada por una muerte violenta. Ahora estoy buscándolo para releerlo.
Después seguí pensando… y llegué a uno que recuerdo que me emocionó hasta la médula. Se trata de Invierno en tiempo de guerra, de Jan Terlouw. Era una historia ambientada en la época de la Segunda Guerra Mundial, donde un soldado yace herido en una cueva. Creo recordar que se enamora de una joven que le ayuda a sobrevivir.
Necesariamente he de citar la colección del Barco de Vapor. Hay muchos interesantes, de los cuales destaco Siete chicos australianos, de Ethel Turner y Eclipse de sol de Albert Lijánov. Ambos historias donde la amistad juega un papel importante, con aventuras en la primera, y problemas amorosos en la segunda.

De aquel momento recuerdo la saga de Flanagan, de Andreu Martín y Jaume Ribera. Un detective adolescente que además de enamorarse en cada episodio de la saga resolvía un montón de casos. Entretenía, enganchaba, hacía reír y además te enseñaba muchas cosas.
Un poco después empecé a aficionarme a las novelas de Agatha Christie; después pasé por Arthur Conan Doyle y más tarde me aficioné a la novela negra. Aunque todo esto se merece una entrada propia.
En resumen, la literatura llamada “adolescente” (puesto que en muchos casos es más profunda que algún tipo de novela adulta) tanto antes como ahora, goza de una excelente salud: su calidad es muy buena (en la actualidad no sólo J.K. Rowling, también Laura Gallego son los máximos exponentes de unos autores llenos de imaginación, fantasía y calidad) y se trata de una forma sencilla y entretenida de aficionar a los chavales a la literatura.
Y vosotros, ¿qué libro recordáis de vuestra adolescencia?
Namaste.