Hace un año me tocó hablar de mí misma. De los motivos por los que había iniciado esta andadura hacia quién sabe dónde que es tener un blog.
Hoy este espacio cumple dos años. Dos años… cómo pasa el tiempo.
Pero este año, no voy a hablar de mí, sino de vosotros, lectores, comentaristas, seguidores. Porque un blog es muchas cosas, pero no tendría sentido sin esta interacción que aporta tantas ideas, libros, autores y opiniones. Voy a hacer un repaso por todos los que estáis ahí.
Gracias:
A los que comentáis, que sois muchos. A los que lleváis desde el inicio (como Eva y Elwen) y a los que acabáis de llegar (como Halcombe o Cartafol)
A los que no comentáis, pero cuando me veis en persona me decís que no llevaba razón, o que la llevaba, y me recomendáis más libros.
A todos y cada uno de los que alguna vez me habéis prestado o regalado un libro. No hay mejor regalo que una aventura por descubrir, unos personajes a los que conocer y la mágica incertidumbre por desconocer lo que nos vamos a encontrar al sumergirnos en un libro.
A los que nunca comentan, por mucho que pinche a algunas personas para que lo hagáis… de algunos sé vuestra procedencia, que es muy variopinta: Cáceres, Guadalajara, Zaragoza, La Coruña, Madrid… pero también allende los mares: México, Argentina, Chile y muchos países que me quedo en el tintero.
Algunos de vosotros sé quienes sois: sé que insultasteis a vuestro hermano por llevaros un libro que no os gustó nada pero que estaba muy de moda, que me llamáis tu amiga la de los libros, o que leéis sólo el cuadro del final. Que coincidís conmigo o que vuestro padre talla cucharas de boj (perfectas para tomar el té).
A la mayoría de vosotros nunca os he visto frente a frente. A los que he visto me ha costado reconocerlos y con casi todos espero coincidir.
Muchos de vosotros me habéis recomendado libros (prácticamente todos). Por vuestra culpa he descubierto libros maravillosos, autores increíbles y momentos mágicos pegados a un libro.
Con algunos he mantenido muchas conversaciones en twitter, en messeger, por mail o por skype.
Otros me habéis vendido libros aunque no os saliera muy rentable la jugada.
A muchos de vosotros os gustan mis despellejes literarios, mis diatribas sin sentido o los análisis de la actualidad. ¡Algunos incluso habéis intentado que le de más importancia a una u a otra!
Varios de vosotros habéis alimentado mi ego al decirme que he leído mucho. Con otros me he comparado y me he dado cuenta de lo mucho que me falta por leer.
Unos pocos me han mareado con libros y autores que no recuerdan, me han usado como filtro y me han atacado la estantería en busca de los que había hablado bien.
A muchos de vosotros os he regalado al menos una vez un libro. Siempre pienso que me llamaréis pesada, pero de momento nadie se ha quejado.
Siempre quise poder compartir las lecturas y eso se ha materializado aquí. No sólo las pasadas sino las presentes, y en concreto me refiero a un club de lectura. Una experiencia magnífica que me hizo preguntarme cómo no lo habría hecho antes.
Con varios de vosotros he compartido un libro a tiempo real. Me encantó la idea y estoy deseando repetir. Y por si alguien no lo sabía, somos la leche.
A uno de vosotros lo conocí por facebook. Tu mensaje me halagó mucho. Después abriste un blog.
A uno de vosotros lo conocí por anobii. Entraste en el blog y te quedaste. Y yo encantada, claro.
Con uno de vosotros he coincidido en un par de presentaciones, y hacemos por seguir coincidiendo. Quizá la próxima vez sea la Feria del Libro, ¿no?
Uno de vosotros me ha dejado una huella profunda sobre lo poco que he leído de novela hispanoamericana. Y de ahí mis libros de Mario Vargas Llosa.
Uno de vosotros me enseñó una receta de un bizcocho buenísimo. Lo tengo apuntado para futuras mejoras.
Con uno de vosotros casi coincido cuando hice una visita al Paraíso. Pensándolo desde ahora, creo que no te habría reconocido.
Con varios de vuestros blogs me divierto mucho aunque comente poco. Con otros saco muchísimas ideas de obras y autores. Y con uno en concreto, ambas cosas.
Algunos de vosotros me dais una terrible envidia al ver las fantásticas entradas que os sacáis de la manga.
Que yo recuerde, uno de vosotros me prestó un libro malísimo (eso sí, avisando) y cuando encima colgué una encuesta preguntando qué libro leería a continuación hizo todas las trampas posibles para que saliera ese libro. Encima te pillé.
Uno de vosotros me ha diseñado todas las cosas chulas y/o que funcionan del blog: los marcapáginas, los banners, los iconos… y todo eso con infinita paciencia. ¡Y encima tengo mi propia taza personalizada!
Uno de vosotros me ha fabricado un ex-libris. Me he pasado un mes sellando todos y cada uno de los libros, diccionarios o cualquier encuadernación que tuviera tapas. ¿Alguien sabe si se queda pegado en la piel de un animal, digamos, gato común? 😉
Si os habéis sentido identificados es porque formáis parte de este espacio y por ende, de mi vida virtual. Porque a pesar de que el mundo de Internet sea, a primera vista, impersonal, hemos creado los suficientes vínculos como para que me acuerde de vosotros en muy diversas ocasiones que no tienen relación con esta pantalla.
Gracias por estos dos años.