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Despropósitos publicitarios (I)

Si nos fijamos un poco en los anuncios publicitarios del pasado, nos encontramos con montones de cagadas malas decisiones debidas, sobre todo a las ganas que tienen los directivos de que la marca tenga un nombre unitario para todos los países en los que está presente. ¿Quién no recuerda el Mitsubishi Pajero? ¿Y la colonia Eau d´eté?

 

Uno pensaría que hoy en día los publicistas han aprendido de sus errores. Que ahora se fijan más, que están más versados a la hora de darse cuenta de determinadas… obviedades.

 

Pues no. El otro día estaba viendo tranquilamente la televisión cuando me encontré con el siguiente anuncio:

 

 


 

No lo he encontrado en castellano, pero básicamente se entiende. Se trata de un anuncio de un producto para la higiene íntima femenina con el nombre de Chilly. Sí, se pronuncia como el pimiento picante.

 

Hay algo que de primeras chirría. ¿A quién narices se le ha ocurrido que ese nombre se puede asociar con la “frescura”? Sí, la modelo nos enseña un hielo, que es paradigma del frescor… pero chilly? ¿Un pimiento picante? ¿En la zona íntima?

 

Un error. Sí, vale. A mi estos temas me producen sorpresa. Hay montones de personas que tienen en las manos el proyecto antes de que se lleve a cabo… ¿y nadie dice nada? ¿Ninguno se ha dado cuenta?

 

¿Quién se va a comprar algo que se asocia con el mayor de los picores para echárselo por ahí abajo? Yo desde luego no. (Ya me estoy imaginando a la pobre clienta teniendo que llamar a los bomberos porque se le ha incendiado… jajaja… en fin…)

 

Esto es todo por hoy.

Namaste.